Café con sabor a licor, desde Caldas hacia Taiwán

Fotos | Julián García | LA PATRIA

Carolina Mejía, propietaria de Café Villa Clara, exporta desde hace 6 años a Taiwán un café con sabor a licor. Lo añeja en barriles donde fermentan el trago. La bebida contiene notas a ron, whisky, brandy y otros licores.

 

Los sabores a ron, whisky, brandy y amaretto quedaron impregnados en las papilas gustativas de quienes degustan una buena taza de café en el mercado asiático, preparados por los proyectos productivos de Caldas, Villa Clara Café y Kerkus Coffee, que se unieron para ofrecer un buen café a nivel internacional.

Las dos sociedades unieron sus fortaleza y conocimiento empresarial para comenzar a comercializar desde hace 6 años café con aroma y sabor a licor, el cual están exportando directamente al mercado de Taiwán.

Carolina Mejía, propietaria de Villa Clara, explica que las notas y los aromas los obtienen, después de permitir que se fermente el grano por varios días en toneles o barricas de madera de roble, donde antes añejan el licor.

Todo ese proceso proceso de fermentación del grano lo realizan hoy en día en Chinchiná, Caldas.

Desde Asia

Carolina resalta que su idea surgió, ya que hace 12 años vive en Taiwan, donde se dio cuenta de la alta demanda del café en esa nación. Eso adicional al alto costo de una buena taza de café, ya que se puede pagar hasta $45 mil por una taza de tinto de 12 gramos.

A raíz de ello, Carolina comenzó a pensar hace unos 6 años en la opción de promover este emprendimiento de exportación y saborización. “Al principio fue difícil hacer las exportaciones, por el papeleo y los trámites, pero con el tiempo le fui cogiendo el tiro al negocio”, comentó.

La unión con Kerkus Coffee sirvió para importar los barriles de distintas partes del mundo donde producen licores, en especial whisky, rones y amareto, para iniciar el proceso de fermentación.

Por sabores

Recordó que la primera exportación a Taiwán fue de 8 toneladas de almendra saborizada y en la actualidad está exportando alrededor de 40 toneladas por año y además trae a Colombia toneles de otros países.

Recientemente sacaron las líneas de café, con fragancias a mandarina, coco, banano, cardamomo, piña, amaretto y banano.

“El café no contiene licor, ni aditivos químicos, los taiwaneses están encantados probando estos cafés fermentandos que provienen de las variedades Castillo y Caturro, con puntajes superiores a los 83 puntos y que salen al mercado asiático directamente desde Caldas, proyectando la calidad y el sabor de esta región", destacó.

En la Feria

Las cafeteras repletas de tinto recién colado y humeante, aromatizaron los rincones de Corferias en Bogotá, durante la semana Feria de Cafés de Colombia Expo 2022. En el encuentro, los expertos degustaron preparaciones con notas a chocolate, vainilla, caramelo y almendras.

Compradores nacionales y extranjeros y consumidores del bebestible, pudieron recorrer los 124 stands de la Feria; donde explicaron cómo preparar un tinto filtrado, un expresso y los tipos de cafés especiales que en cada región produce.

La Federación de Cafeteros de Caldas mostró 8 tipos granos de varias regiones del departamento, que son comercializados a través de las cooperativas de Caficultores de Anserma y Manizales.

Por Caldas participaron en la vitrina comercial Buencafé Liofilizado de Colombia, la Fundación Manuel Mejía y Cenicafé, con sus productos y la oferta académica.

Los más caros

Foto | Cortesía Federación de Cafeteros | LAPATRIA

Los campesinos mostraron durante la Feria de Cafés de Colombia Expo 2022 sus cafés con denominación de origen, cuyos precios oscilaron entre los $50 mil y 200 mil por libra.

Sin embargo, entre los cafés que más llamaron la atención estuvo el del caficultor Domingo Torres, de Santander, que logró comercializar su grano a 78 dólares por libra, unos $360 mil. Su café fue el mejor pago de la feria de especiales.

Los cafés de origen son granos que se producen en microlotes certificados por la Federación. Para su cosecha emplean bajos niveles de agroquímicos, los procesos de fermentación, lavado y secado, son hechos en su gran mayoría de la manera tradicional, es decir a mano.

 

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