LA PATRIA | MANIZALES

Tras salir de un centro comercial en Manizales el pasado domingo, una adolescente buscó un taxi para dirigirse a la casa de un familiar. El conductor le abrió la puerta delantera y ella se subió sin saber que iba a padecer una agresión sexual.

Según la denunciante, desde el inicio el hombre tomó otra vía y ante el reclamo, contestó que no se preocupara. Desesperada, intentó utilizar su celular, pero por falta de saldo no le salía la llamada.

Más adelante, el señalado se parqueó y puso los seguros para evitar que saliera. Al ver que tenía un tatuaje, le preguntó si tenía más y empezó a tocarla, intentó subirle el vestido y darle besos. Como se resistió, le quitó el celular.

Ella le ordenó que se lo devolviera y la respuesta fue que se lo entregaría si lo agregaba como contacto. Por fortuna, de la compañía de telefonía le llegó un mensaje en que le ofrecían un minuto “salvavidas”, probablemente ante su insistencia para llamar.

Finalmente logró comunicarse con un amigo que vivía cerca de donde se detuvieron y le pidió al taxista que la dejara allí, quien le respondió que estaría listo para recogerla. Salió como pudo y en la huida se cayó y sufrió raspones.

Cuando por fin pudo descender y contarle a su allegado lo que ocurrió, este y otra persona intentaron perseguirlo, pero huyó. El supuesto agresor sexual le siguió escribiendo a la joven, le envió fotos y la siguió asediando. La madre de la afectada decidió denunciarlo ante la Fiscalía y ya lo identificaron.

Ayer, los líderes del gremio amarillo citaron a una reunión al taxista para conocer su versión. Un vocero manifestó que esperan que ponga la cara y se defienda ante las acusaciones. De ser cierto el caso denunciado esperan que sea la justicia la que actúe.

Más denuncias

Luego de denunciar al sujeto por redes sociales, otras mujeres aseguraron que el mismo hombre había hecho lo mismo con ellas e incluso a una, ante lo ocurrido, la tuvieron que internar en un centro de reposo.

Acoso durante el 2022

Un estudio de la Universidad Nacional, sede Manizales, indicó que el 73,3% de las mujeres de la ciudad encuestadas dijeron que han sufrido alguna vez acoso callejero o abuso sexual cuando se movilizaban por las calles, mientras que para los hombres este porcentaje es del 12,4%.

"En el caso de las damas, las miradas morbosas, los tocamientos y piropos son los episodios más recurrentes. El bullying y los insultos fueron particulares para los hombres", explicó el análisis del Grupo de Investigación en Movilidad Sostenible (GIMS) de la UN.

Como consecuencia de esta situación, el 47% de las mujeres cambió sus hábitos normales de movilidad, por lo que tomaron rutas más largas y seguras, cambiaron su ropa y los modos de transporte, viajaron acompañadas o escogen un asiento particular en el transporte público.

"Las que no cambiaron sus hábitos de movilidad afirmaron que no le dieron trascendencia al hecho y que no tenían más opciones para moverse. Aquellas que reemplazaron sus patrones de movilidad cambiaron el transporte público y la caminata por el taxi y la motocicleta".