Varios asistentes ondearon banderas chinas y de Hong Kong mientras esperaban la llegada del papa Francisco, antes del inicio de la Santa Misa en el Estepa Arena, en Ulán Bator, capital de Mongolia.

Foto | Tomada de Vatican Media | LA PATRIA

Varios asistentes ondearon banderas chinas y de Hong Kong mientras esperaban la llegada del papa Francisco, antes del inicio de la Santa Misa en el Estepa Arena, en Ulán Bator, capital de Mongolia.

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EFE | LA PATRIA | Ulán Bator

El papa Francisco aprovechó su viaje a Mongolia, cerca de China, para enviarle un saludo al pueblo chino y a los católicos de ese país, luego de que las autoridades de Pekín no dieron permiso para ver al pontífice.

Solo estuvieron presentes durante la visita de Francisco el cardenal chino y obispo emérito de Hong Kong, John Tong Hon, y el actual obispo Stephen Chow, que el papa creará cardenal a finales de este septiembre.

Con ellos presentes, el papa mencionó: “Quiero aprovechar su presencia para enviar un caluroso saludo al noble pueblo chino”, dijo, tras concluir la misa en el estadio Estepa Arena de Ulán Bator, la capital mongola, ante cerca de 2 mil fieles, entre ellos católicos del país y de otras naciones de Asia como Vietnam, Filipinas y China.

También agregó: “Deseo lo mejor al pueblo chino e ir adelante y progresar siempre. Y a los católicos chinos les pido ser buenos cristianos y buenos ciudadanos. A todos”, agregó.

El papa llegó el viernes a Mongolia para animar a la pequeña comunidad católica, de cerca de 1.400 fieles, pero también a una nación situada entre Rusia y China. Por ello se esperaba una representación de peregrinos de ambos países para la misa que celebró ayer en el Estepa Arena.

El mensaje y distancias

  • Durante el vuelo que lo llevaba a Mongolia, Francisco envió un telegrama con bendiciones “de unidad y de paz” al presidente chino, Xi Jinping, siguiendo la tradición de mandar agradecimientos a los países que sobrevuela.
  • Pekín respondió al mensaje del pontífice afirmando que desea “reforzar la confianza mutua con el Vaticano y promover un proceso de mejora de las relaciones bilaterales”, en palabras del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
  • Las relaciones sufrieron un nuevo freno cuando el pasado abril las autoridades chinas anunciaron el nombramiento del nuevo obispo para Shanghái, la mayor diócesis católica de China, que no tenía obispo desde el 2013, con una decisión unilateral que viola el histórico pacto entre ambos países, firmado en el 2018 y renovado en dos ocasiones para la elección de los obispos.
  • Este se había sido considerado un primer paso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas que no existen desde 1951 y, sobre todo, para unificar la Iglesia católica, que se dividía entre los afines a las autoridades y los considerados como iglesia clandestina.
  • Desde la firma del acuerdo, solo seis obispos han sido nombrados por voluntad conjunta, de los cuales dos ya habían sido aprobados antes por las autoridades chinas. Ninguno de ellos pudo ir a Mongolia a ver al papa.

Interés por China

El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, presentando el viaje de Francisco a Mongolia, aseguró: “Todo el mundo sabe el interés que el papa tiene por China. Puedo decir que existe en el corazón del santo padre este gran deseo, un deseo totalmente comprensible que ya ha manifestado varias veces públicamente, de viajar a ese noble país, tanto para visitar a la comunidad católica y alentarla en el camino de la fe y de la unidad como para reunirse con las autoridades políticas, con las que la Santa Sede mantiene desde hace tiempo un diálogo”.

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