Fotos I LA PATRIA  La Avenida Cumanday, en la carrera 35 de La Enea, es un centro comercial en lo que antes fueron casas de habitación familiar. De todo y para todos.

Fotos I LA PATRIA

La Avenida Cumanday, en la carrera 35 de La Enea, es un centro comercial en lo que antes fueron casas de habitación familiar. De todo y para todos.

LA PATRIA | Manizales 

La cafetería Delicias el Tolima que administrra Jhon Freddy Tangarife está con las mesas llenas. Milo, pintado, café, pan, buñuelos, almojabanas copan grecas y vitrinas, son las 6:30 p.m. de un jueves. Óscar Agudelo supervisa el descargue de naranjas, papayas, bananos, plátanos, que en un camión recogió desde las 2:00 de la madrugada en la Plaza de Mercado para abastecer su fruver. Son las 9:40 a.m. de un sábado. Les damos congelado, por un momento, a estas escenas para preguntarles: ¿Por qué el barrio La Enea es tan comercial?

La respuesta para ellos y los cerca de 17 mil habitantes del sector es lógica y viene atada a sus 48 años de historia: La lejanía con el resto de Manizales fomentó que a pequeñas tiendas, zapaterías, carnicerías, papelerías y droguerías, se sumaran más y más negocios: hoy son 569, de acuerdo con la Alcaldía y la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas.

Veamos lo que dicen tres expertos en distancias. Ellos recogen pasajeros en sus taxis afuera de un supermercado, en el Centro de la ciudad. La carrera a La Enea, según dos rodrigos y un Fernando, veteranos conductores, puede demorar entre 20, 25 y 30 minutos.

“Siempre será más cerca por la Santander. Eso sí, depende de la hora y de los trancones”, dice un Rodrigo. “¡Puh! por la Panamericana y la avenida Kevin Ángel es más demorado”, añade el otro Rodrigo. Y Fernando pone precios: “Entre $14 mil y $17 mil”.

Entonces, de la lejanía se desprende que también por costos y tiempo, los cerca de 17 mil habitantes requieren y prefieren comprar en su barrio. “No tiene que irse a otro sector. Aquí hay calidad, variedad y buenos precios”, comenta Estela Londoño, administradora del almacén de calzado Jireh, a la vez que muestra su oferta de zapatos, botas, correas, monederos, billeteras.

 

En hileras

Son cuadras y cuadras de establecimientos. Miren esta secuencia enla ubicada entre las calles 100 y 100B: Autoservicio, tienda virtual, peluquería, revueltería, estampados, barbería, cosméticos, restaurante mexicano, veterinaria, farmacia, heladería, karaoke café bar. Sigue la única casa sin negocio. Continúan hamburguesería, dos restaurantes, bicicletería, puesto de comidas rápidas, salsoteca y panadería.

Bertulio Grajales está parado en un punto, donde conversa con Liliana Alzate, quien vende loterías. Ambos conocen de los comienzos del barrio y de su actividad comercial.

“Esto es de toda la vida. Trabajé 37 años en carnicerías de aquí, y siempre hay buena clientela para todo”, comparte el señor. “Esto es muy sano y la avenida se presta para ubicar negocios”, complementa la señora.

 

A dos carriles

Un colectivo que pasó a las 11:15 por la carrera 20, en el Centro de Manizales detrás de la Gobernación de Caldas, llegó a las 11:43 a la Enea. En la avenida Cumanday, como los otros vehículos de servicio público que suben y bajan, avanza casi en cámara lenta dejando y recogiendo pasajeros.

Entonces, desde sus ventanillas se puede observar la oferta de este centro comercial de dos carriles y a cielo abierto. Plata va y plata viene en la venta y adquisición de productos químicos; piñas; pasteles; labiales; pollos congelados, asados o apanados; pizzas; alimento para mascotas; cebolla, tomates; lencería; tapetes; peluches; pescados al gusto.

El colectivo para de nuevo, cerca de Mercaldas. Y en un zoom por partes en la avenida quedan registradas sastrerías, juegos de suerte y azar, cuatro cajeros juntos, servicios particulares de salud, salones de belleza, discotecas...

 

Más motivos

Los protagonistas de esta nota tienen otras razones para explicar el exíto de los negocios en la carrera 35 de La Enea. Comenzamos por Estela, la del almacén de calzado con 15 años en el sitio. Ella enumera: “1. La gente de aquí es acogedora y apoya el comercio. 2. Los comerciantes nos hemos mantenido unidos. En la pandemia, por covid fuimos solidarios con nosotros mismos y los clientes también lo fueron. Y 3. Aquí vendemos variedad, calidad y buenos precios”.

Jhon Freddy, el de la panadería que llegó dos meses atrás a la zona procedende de la comuna Ciudadela del Norte, tiene elementos para adicionar. “Es un barrio muy tranquilo”, argumenta por un lado. “Y hay mucha competencia, pero eso está bien y alcanza para todos”, agrega por otro lado.

Liliana, la vendedora de loterías, también aporta motivos. “Es que La Enea les queda más a la mano a todos sus habitantes y a los de sectores como Gallizano, Termales, Maltería, La Florida, Lusitania y otros”.

La ciudad tiene claro que en La Enea hay un fenómeno mercantil. Por eso, la Cámara de Comercio en el 2018, durante el cumpleaños del barrio, brindó un reconociento a quienes han forjado esta actividad. En ese marzo reunieron a 100 comerciantes en la Fonda los Caballos (vía Gallinazo).

Lina María Ramírez, presidenta ejecutiva de la Cámara, usó estas palabras para ese momento: “Desde hace algún tiempo miembros de Junta insistían en la importancia de destacar el comercio de La Enea por su tradición y esfuerzo. Por esto, decidimos otorgarles este reconocimiento a todos los comerciantes de este sector y hacerles un homenaje”.

 

En el asador

Hay más. Quienes visitan el sector suelen salir satisfechos tras desgustar arepas rellenas, chorizos, bocachicos, empanadas, hamburguesas. Paula Ramírez pasó una noche de asado, en Juan Parrilla.

También congelamos su escena gastronómica, por unos minutos, con el propósito de escuchar sus comentarios, que incorporan otros elementos de los atractivos del barrio.

“Vivo en el Centro de Manizales. Vale la pena visitar La Enea. Es muy comercial, allí se consigue de todo, pues hay súpermercados y todo tipo de almacenes”. El churrasco es su preferido.

Prosigue: “Además tiene el aeropuerto a un lado; el campo santo Jardines de la Esperanza; iglesia antigua, con historia; la Universidad Nacional; el Sena, en fin un área de estudiantes, que le da alegría y juventud al barrio. Olvidaba: los atardeceres desde la avenida, y si el día está despejado el nevado del Ruiz muestra su mejor cara”.

La Enea redondea su portafolio en comercio, servicios, gastronomía, emprendimiento, empleo, historia, crecimiento, turismo, amabilidad, proyecció, y mucha dinámica día y noche.

Cae la tarde. Una buseta desciende por la avenida Cumanday, con su aviso: Avenida Santander, Centro, Chipre, Villapilar. Son las 6:10 p.m. Atrás van quedando los negocios, como vitrinas de un almacén gigante, de donde siempre saldrá un sígase, a la orden.

 

En frases

José Javier Muñoz, heladería Fruta Fresca

"Por lo retirado del resto de Manizales La Enea creó su propio comercio. Y les queda más cerca a los habitantes de otros sectores como La Florida, Cerros de la Alambra, Gallinazo. Aquí encuentran mucha variedad".

 

Luis Faver Osorio, del fruver Cumanday

"La gente de La Enea esocoge comprar aquí, pues el Centro está muy retirado, es un barrio aislado. Vengo de la Cuchilla del Salado, hace cuatro meses tenemos este negocio y hemos tenido muy buena acogida de la población, además generamos dos empleos".


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