Foto | EFE | LA PATRIA

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El torero español Alejandro Talavante lidia el toro Relicario, de la ganadería Vistahermosa, que indulto.

Autor

Víctor Diusabá Rojas
EFE | LA PATRIA | Cali

Una tarde inolvidable, colmada de arte y torería, sirvió ayer de fiesta a los 66 años de existencia de la plaza de toros de Cañaveralejo de Cali.

Así, en los anales del coso de esa ciudad entraron por derecho propio el español Alejandro Talavante, que cortó tres orejas (dos de ellas simbólicas por indulto al quinto de la tarde); su coterráneo Emilio de Justo, con dos apéndices en sus alforjas, y el colombiano Luis Bolívar, con un trofeo.

Más la propia ganadería de Vistahermosa, de las más antiguas del país, a la que sus toros, que si bien no terminaron todos por romper, se prestaron para el lucimiento de los espadas.

De las obras hechas en este festejo, segunda tarde de toros del breve ciclo en la capital de la salsa, sin duda la de Talavante fue la que alcanzó mayor cotización.

No sólo porque logró el perdón para el ejemplar de nombre ‘Relicario’, sino porque fue tal la forma como el lidiador extremeño se entregó que tardó minutos en enterarse de su éxito, mientras seguía disfrutando de las claras embestidas de su enemigo.

Los circulares eternos quedaron como testimonio de su mando y poder cubiertos con guantes de seda. La duración de la faena fue maratónica, arropada por la locura en los tendidos.

Ya antes, en la lidia del segundo, Talavante había cortado una oreja en exhibición de firmeza y buenas maneras.

Con él se fue a hombros Emilio de Justo, quien triunfó en la feria del año inmediatamente anterior. Dos orejas cortó el también extremeño en una de las mejores exhibiciones de las tantas buenas que ha tenido en este albero.

Su labor fue lenta, colmada de calidad y siempre a favor del toro, al que terminó haciendo ir sin reparos tras los vuelos de su muleta, luego de un inicio con reservas. En el sexto hizo esfuerzos por buscar complementación del enemigo, sin llegar a conseguirlo.

Luis Bolívar debió apurar el trago amargo de un primero de la tarde sin fondo. Pero en el cuarto encontró respuestas del Vistahermosa para dibujar una lidia hecha con son y belleza incomparables.

El ganadero Juan Carlos García también se fue por la puerta grande. Su corrida no pasó de tener una presentación muy justa, pero a cambio hubo movilidad y tendencia a entrar sin mayores reparos en los caminos que, a buena hora, les trazaron los lidiadores.

Ficha del festejo

Seis toros de Vistahermosa, justos de presentación. Se indultó al quinto toro de nombre Relicario, número 118 y con 456 kilos. Palmas en el arrastre para el segundo, tercero y cuarto.

•Pesos: 450, 468, 452, 460, 456 y 452 kilogramos.
•Luis Bolívar: silencio tras aviso y una oreja.
•Alejandro Talavante: una oreja y dos orejas simbólicas.
•Emilio de Justo: dos orejas y silencio tras aviso.

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