Un recuerdo inexplicable
Señor director:

Domingo 9 de junio de 2024. Misa de 9:00 a.m. en el templo de Fátima, Manizales. Se leyó la 2ª carta de San Pablo a Los Corintios 4,13-5,1 que me dejó en mi interior una huella espiritual, ya que este texto lo escuché muy concentrado. Luego, en el apartamento busqué los textos bíblicos de ese domingo y volví a leer este escrito a los Corintios, 2a carta: “…aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día. ...ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno”. Concluida la misa y no teniendo ningún afán, recé el santo Rosario de los misterios gloriosos. Entró un señor que se sentó en la silla paralela a la mía. 
Cuando le vi el rostro, a mi mente llegó la palabra Parra. Me puse de pie, lo miré, pero dudando me dirigí al atrio. Y ahí tomé la decisión. Volví a entrar al templo y me dirigí a él. - ¿Perdón caballero, de pronto usted es de apellido Parra? Me miró algo dubitativo y contestó: -sí señor, lo soy. Le dije: -tengo la impresión que usted y yo nos conocemos por algún motivo. No sé bien por qué.
Nos quedamos un breve momento en silencio. Y luego le dije: -¿de pronto es usted de Manzanares? Respondió: -Sí señor, soy nacido allá. De inmediato le dije: -Yo también soy nacido en Manzanares. -Ah, cómo así, exclamó. Volví a hablar: -¿de pronto usted fue maestro? -no, no lo fui. Mi padre sí fue maestro allá. Se llamaba Raúl Parra. -Ah, por Dios, como así. Entonces su padre fue maestro mío en la escuela cuando yo hice 1º, 2º, 3º de primaria. Increíble este momento. Nos dimos un apretón de manos y nos despedimos. Recordé la frase paulina: “…nuestro hombre interior se va renovando día a día. …lo que no se ve es eterno”. Regresé a casa y me senté a escribir esta bella anécdota. Estamos rodeados de misterios y maravillas…pero nos hemos acostumbrado…y vivimos sin sorprendernos.
Alirio De Los Ríos Flórez.

“Orientó la misa”
Señor director: 

La sección “Supimos que...” del 9 de julio emplea esta expresión, no muy acertada que digamos. Se dice “celebró la misa”, “ofició la misa”. Y si se quiere hacer gala de conocimiento de la ciencia litúrgica, hasta podrá decirse -de modo rebuscado- “presidió la sinaxis eucarística”. ¿Cómo nos quedó el ojo?
En lo que llevamos de este siglo XXI se oye a menudo decir también que el profesor fulano ORIENTA  tal materia. Nos da como vergüenza ENSEÑAR las asignaturas.
No se recomienda que mezclemos ignorancia y esnobismo.
Atentamente,
Un profesor

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