El domingo pasado, mientras disfrutaba la Feria del Libro de Pereira, el tema en esa ciudad era la balacera que ocurrió a las 9:15 a. m., en la ciclovía de la Avenida 30 de Agosto. El resultado fueron tres muertos, un herido y la constatación de la omnipresencia de la banda criminal La Cordillera.
Uno

de los muertos fue Bernardo Ángel Campo «Berny», nieto del reconocido patriarca Bernardo Ángel Marulanda, fundador del departamento de Risaralda. «Berny» acababa de salir de misa en la Iglesia de Fátima, en compañía de su esposa. Tenía 46 años y era un veterano del mundo criminal: fue lugarteniente de Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, y excabecilla de La Cordillera. En 2015 se entregó a las autoridades, pasó 4 años en prisión, y este domingo murió al lado de su escolta y de un sicario de 19 años que viajó desde Medellín para cometer el ataque.

El Informe Final de la Comisión de la Verdad cuenta en su volumen sobre el Eje Cafetero que en 2005, luego de la desmovilización de varios frentes del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia, incluyendo el Frente Héroes y Mártires de Guática comandado por Macaco, este paramilitar empezó en Risaralda «un acelerado proceso de cooptación de combos y bandas dedicadas al microtráfico, casi en simultaneidad con el proceso de entrega de armas». Uno de esos combos fue La Cordillera, una banda que tomó el nombre del hotel de la galería de Pereira en donde a comienzos de este siglo distribuía droga procedente del Valle y Chocó. «Se conocían sus dosis personales porque cada una tenía en su bolsita una marca de un cafecito y ese era el distintivo para saber dónde se ejercía control territorial por parte de La Cordillera».

Desde 2005 La Cordillera ha crecido y mutado de jefes. Hoy va por la tercera generación de narcos al frente de la organización, con Diego Fernando Ruiz Quintero, alias «Diego Pereira» o «Don A» a la cabeza. Su influencia llega a municipios de Risaralda, Caldas, Quindío, Chocó y Valle y su “portafolio de servicios criminales” por llamarlos de algún modo, incluye préstamos gota a gota, extorsiones, dominio territorial, oficinas de cobros, sicariato, control en plazas de mercado y negocios comerciales e inmobiliarios que sirven como fachada para el lavado de activos, entre otros.

La Cordillera ha sido varias veces noticia nacional, en un rompecabezas de piezas sueltas que cuesta encajar: se asegura que esta banda estuvo detrás del crimen contra el estudiante Lucas Villa, durante el Paro Nacional de 2021. En la campaña de 2022 Gustavo Petro denunció un plan para asesinarlo en Pereira y responsabilizó a César Augusto Giraldo, conocido como «Calzones», un “polémico empresario”, como dicen en TV, fundador del Centro Democrático en Risaralda. En mayo de 2022 El Espectador informó que «Calzones» es dueño de una fortuna enorme, que compró bienes de narcotraficantes, que le habla al oído al expresidente Álvaro Uribe y es cercano a políticos como Carlos Felipe Mejía, Oscar Iván Zuluaga, Alejandro Corrales y Gabriel Vallejo. Este 5 de octubre la revista Raya y RTVC revelaron que desde abril de 2023 la Dirección de Inteligencia Policial incluye a «Calzones» en el organigrama de La Cordillera, junto a «Diego Pereira» (algunos dicen que es su testaferro) aunque el señor se mueve fresco por su ciudad e incluso celebró su cumpleaños con concierto exclusivo de J. Balvin, en su casa campestre. Luego de esta publicación el fiscal Francisco Barbosa viajó a Pereira a decir que un informe policial no es prueba para condenar a nadie, pero no aclaró si ya están investigando a «Calzones» o están esperando que se vaya del país. Antes del asesinato de «Berny», el exalcalde de Pereira, Carlos Maya, admitió que durante el Paro Nacional sí habló con «Calzones» para buscar apoyo de las autoridades, y en medio de esta maraña están las elecciones del 29 de octubre en Dosquebradas, donde La Cordillera es la autoridad. Allí el hermano de Macaco es candidato, pero «Diego Pereira» tiene otra preferencia.

El informe de Raya advierte: “se evidencian vínculos con gente prestante de la región que imposibilitan las investigaciones”. Acá, al otro lado de la montaña, me pregunto hasta dónde llegan esos vínculos y esas influencias.