Este espacio de opinión ha sido, sin dudarlo, una trinchera desde la que sin tregua alguna hemos disparado en contra de la corrupción, venga de donde viniere. Hemos fustigado sin vacilaciones ni contemplaciones a los gobiernos, al Congreso y a la clase política. La corrupción es el cáncer que ha hecho metástasis en el cuerpo enfermo de la Nación, impidiendo su desarrollo y progreso, encontrándose incrustada en los partidos políticos y en la clase gobernante. Y no es de ahora, viene de atrás, y día a día alarga sus tentáculos buscando cómo contaminarlo todo sin escrúpulo ninguno.
Este, el “Gobierno del Cambio”, ha hecho de la corrupción su hoja de ruta. El zarpazo a la UNGRD lo retrata de cuerpo entero. Foncolpuertos, Dragacol, Invercolsa, Cajanal, Agro Ingreso Seguro, Carrusel de la contratación en Bogotá, Dirección Nacional de Estupefacientes, Interbolsa, Colpensiones, Cartel de la Hemofilia, Reficar, Cartel de las Regalías, Cartel de la Chatarrización, Caso Odebrecht, Fonade, Federación Colombiana de Fútbol y la Salud, entre otros muchísimos más, son casos de desfalcos inmensos que no olvidamos.
Pareciera que la molécula que contiene la información genética, responsable del desarrollo y funcionamiento del organismo, tuviese la corrupción presente en el ADN del colombiano. Cuando desde estas columnas atacamos el proyecto de reforma a la salud, lo hicimos, no porque creyéramos en la total transparencia del Sistema de Salud imperante, sino por el afán del Gobierno Petro de arrasarlo en su totalidad, pues bien claro dijimos que un esfuerzo de 30 años era susceptible de modificaciones y no hacer borrón y cuenta nueva como se hizo.
Conocida la investigación administrativa que la Superintendencia de Salud adelanta contra la EPS Salud Total, por la irregular utilización de los dineros para financiar la operación del gestor farmacéutico Audifarma, con distintos desembolsos que suman $77.500 millones, se pone en evidencia una vez más el descarado asalto a los dineros de la salud. En la auditoría de la Supersalud, pudo constatarse que en sus comprobantes contables, Audifarma lo tiene definido como un préstamo, hecho contrario a la ley que no autoriza operaciones de crédito, pues los dineros del Sistema General de Seguridad Social son obligatoriamente para la prestación de ese fundamental derecho.
Ya en el pasado esta empresa había sido sancionada en varias ocasiones por violar los precios establecidos que la Ley 1438 de enero 19 de 2011 autoriza, con multas de 3.000 millones de pesos por cada medicamento que sobrepase el precio fijado. Con la aprobación de la Ley 100 de 1993 se crearon las empresas prestadoras de salud EPS del orden privado, marcándose una profunda división entre el régimen contributivo y subsidiado por un plan obligatorio (POS), al cual solo se accede, en su inmensa mayoría, por tutela. Las EPS, ante el inmenso poder adquirido por la intermediación financiera, fueron limitando los servicios y poco a poco abandonaron la atención primaria, convirtiéndose en un lucrativo negocio.
En síntesis; la salud, de derecho fundamental pasó a ser un negocio que mueve ingentes cantidades de dinero, a costa de la baja calidad, denegación e insuficiencia en el servicio prestado. La politiquería, el clientelismo, la mala administración y por sobre todo, la corrupción, campean libremente por el sistema de salud. Que diga lo contrario Carlos Palacino quien, a la cabeza de Saludcoop, se robó 1.4 billones de pesos. Salud, Colombia.