Un nuevo año inicia mañana, todos queremos cerrar ciclos en este último día del 2022, dejar ir las penas y los malos recuerdos que nos deja este año. El roto en el bolsillo que hemos sentido todos; esa sensación de que la plata ya no alcanza cuando vamos al supermercado y el susto cuando llega un nuevo recibo de algún servicio público y las cuentas crecen y crecen. Ni se diga los que deben en dólares y que al amortizar a sus créditos ven que la deuda en vez de disminuir sigue aumentando. Muchas gracias a todos los votantes de Petro, tremendo aguinaldo nos acomodaron, y ¡lo que falta por venir!
Pero como considero una obligación dejar en estas líneas un mensaje de optimismo, transcribo esta plegaria, que propone una bella disposición para este nuevo año: “Que tus despertares te despierten, y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme. Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del sol que se filtran por tu ventana, en cada nuevo amanecer. Que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruza en tu camino. Que no te olvides de saborear la comida detenidamente, aunque sólo sea pan y agua. Que encuentres algún momento en el día, aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo alto y agradecer por el milagro de la salud, ese misterioso y fantástico equilibrio interno. Que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos. Y que tus abrazos abracen, y que tus besos besen. Que los atardeceres no dejen de sorprenderte, y que nunca dejes de maravillarte. Que al anochecer llegues cansado y satisfecho por la tarea realizada durante el día. Y que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos. Que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio. Y que no te creas más que nadie, porque sólo los ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza. Que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de la vida es un regalo, un obsequio y que si fuéramos realmente valientes, bailaríamos y cantaríamos de alegría, al tomar conciencia de ello.”
A todos los que lean estas líneas, sencillas y sinceras, les deseo que sus sueños se realicen en el 2023, que ninguna pandemia los encierre, que sus caminos se despejen, encuentren la prosperidad y muchas razones para celebrar la vida. Espero que cultiven buenas amistades, esas que nos rescatan de la más profunda tristeza y la más agobiante soledad. Que encuentren a quien amar, con sinceridad y sin miedo a perder la libertad y, si ya tienen a ese alguien, que lo valoren y lo conserven a su lado, pues el peor error en el amor es creer que, porque ya se dio el sí, tenemos a alguien asegurado. Espero que valoren la vida, pues el ser humano falla al olvidar que sus respiraciones están contadas; creerse eterno e inmortal, cuando en realidad va de camino a la otra vida, aunque pretenda ignorarlo. Así que resérvele un espacio especial a ese Amigo Eterno, ese que lo acompaña en esta vida y lo estará esperando en la próxima: Dios, de cualquier manera que usted lo denomine o se le acerque. Espero que Él los bendiga y los proteja hoy y siempre.