Son muchas decisiones políticas erradas las del presidente Petro a lo largo de sus dos años de Gobierno. Quiero referirme a algunas de ellas siendo consciente de que pueden ser más. La primera, la suspensión de la explotación petrolera en el país. No tuvo en cuenta las dificultades económicas que podría traerle a la Nación ni de dónde iban a salir los recursos que harán falta. No aparece en el horizonte un programa o proyecto que sustituya los recursos que produce la explotación petrolera.

El año entrante habrá dificultades con el suministro del gas, este tendrá que ser importado y suministrado a unos precios muy superiores a los que estamos pagando. Esto sucede cuando la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible suspendió el trámite de la licencia ambiental para perforar un pozo gasífero en aguas profundas del mar caribe y que se esperaba entrara en funcionamiento el año entrante.

El Gobierno pretende una nueva reforma tributaria en la que espera recaudar $12 billones -que se podría evitar si se actualiza el valor del diésel-, en un momento en el que se deterioran, entre otras, las condiciones económicas de Ecopetrol -principal empresa pública del país-, rechazando negocios atractivos financieramente y suspendiendo la exportación de carbón a Israel. Una cosa es protestar por los ataques de este país a una población indefensa y otra es llevar a Colombia a una crisis económica como la que se nos está avecinando.

La segunda decisión o iniciativa se trata de la Paz Total; son dos años en los que se ha tratado de llegar a un acuerdo con las fuerzas ilegales. Nueve procesos tienen abiertos, los cuales solo han servido para el fortalecimiento de estos grupos, aumentando el número de sus combatientes y la intervención en los territorios. Los esperados acuerdos no avanzan y la población se siente muy afectada y abandonada por el Gobierno.  

El presidente en campaña decía que firmaba la paz con el ELN a los tres meses de haberse posesionado. Sin embargo, el proceso anda paralizado y los guerrilleros siguen intimidando a la población donde tienen presencia y montando permanentes paros armados principalmente en Chocó.

La tercera, el país se salvó milagrosamente del apagón eléctrico en el primer semestre. Fueron cuatro meses de sequía muy fuerte. La capacidad de ejecución del Gobierno es muy mala y la energía eólica y solar que tanto ha promocionado no ha entrado a funcionar. Muy poco ha hecho el Gobierno para mejorar la disponibilidad y la transición energética. Se hizo mucho más en la época de Duque.

La demanda de energía sigue creciendo a un ritmo mayor que la oferta, por lo que el sistema sigue debilitado. Tal como están las cosas, es muy probable que con otra temporada de sequía, el país entre en crisis. Igualmente, el Gobierno está cosechando una tempestad por la incapacidad de controlar y manejar las tarifas de energía, que suben enormemente, como en la costa atlántica.

La cuarta jugada política errada la representa los pocos resultados del recién creado Ministerio de la Igualdad. No tiene presentación el arribismo y la falta de compromiso con la comunidad de donde es oriunda la ministra y vicepresidenta del país. La principal obra -y tal vez la única- de la ministra, fue invitar y atender al príncipe Harry y a su esposa, Megan. Lamentable el comportamiento de esta otrora lideresa social, que no solo abandonó a sus paisanos, sino que se volvió arrogante y resentida.