El apego no es amor, es un lazo que amarra e impide que exista la libertad. El apego brota de un amor falseado y desequilibrado.
El ritmo de la respiración le habla al ser humano para que aprenda a soltar. Y para poder hacerlo tienes que amarte sin límites.
Si no te amas, los miedos y las inseguridades te someten; te aferras a alguien como un náufrago a una tabla que flota en el mar.
El apego es un miedo a perder que se camufla como amor. Crees que amas, pero solo quieres y la dependencia traerá mucho sufrimiento.
El apego desnuda ausencia de un firme autoamor que te lleva a poner la felicidad y el sentido de la vida por fuera. No te amas ni puedes amar.
Solo puedes desear, querer, necesitar y brindar un afecto que no califica como amor. Donde el amor reina también lo hace la libertad.
Un apego limita, encadena, coarta e impide que cada ser viva su vida y trace su propio camino. Le cortas las alas a quien necesita volar.
Imagina un ave en su jaula. Así está la persona a la que te apegas que tampoco se ama y tolera una relación dependiente y sufriente.
@gonzalogallog