Despierto y saludo el nuevo día con una gozosa gratitud y con pensamientos de fe y esperanza.
Repito una y otra vez: Creo, confío, amo y me aman, la vida es bella, Dios, estás conmigo.
Dios amado, elijo amarme y amar de verdad, y no sufro con la desaprobación. Confío en ti y confío en mí.
Mi misión es sólo de amor, y lo que me lleva a lo alto es poner pasión e intención en lo que hago.
Soy un milagro, un ser único, por eso, me amo, sirvo con mis dones y sigo la voz de mi corazón.
Hacer actos de fe me fortalece, y me impulsa a superar las pruebas con entusiasmo y reciedumbre.
La fe es la fuerza de mi vida. Bien dijo un sabio: El que ha perdido la fe ya no tiene nada más que perder.   
Perdono y me perdono de corazón. Saco espacios para serenarme y renuevo los buenos propósitos. 
@gonzalogallog