Tu alma ha de aprender la autodisciplina, y cuanto antes aprendes, más fácil resulta. 
La autodisciplina pide auténtico esfuerzo, y hacer cosas que tu yo facilista rechaza. 
Debes decirte “no” a ti mismo, ser firme y dar lo mejor aunque algo sea exigente. 
Cada tanto detente a examinar en qué áreas te muestras débil y autoindulgente.
Eso implica que has de ser muy honesto y no escudarte en fáciles excusas. 
Te ayuda escribir las zonas en las que te parece que necesitas cambiar para tenerlas ante ti.
Si te sientes incapaz de superar las flaquezas, cree que Dios está contigo para ayudarte.
@gonzalogallog