Cuando tu amor propio es precario es cuando surgen las tentaciones de un ego orgulloso o pobre que se menosprecia. En la conducta humana es bien frecuente notar que los que se sienten inseguros tienen delirios de grandeza.
Por eso se dice en la sabiduría ancestral del Tao: “El ser centrado no se esfuerza por ser grande y así muestra su grandeza”.
Vas por el buen camino si el amor a ti mismo camina de la mano de una virtud a veces tan escasa: la humildad.
Eres humilde cuando reconoces tus talentos sin jactarte y también eres consciente de tus defectos y límites.
La humildad te hace grato ante los otros mientras que la soberbia te convierte en alguien indeseable.
Una de las virtudes que más practicó y exalto Jeshua fue la sencillez que en su tiempo no distinguía a los fariseos.
Está alerta porque suele pasar que seres religiosos son soberbios al creerse mejores que otros y juzgar a quien no está en su iglesia.
@gonzalogallog