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La matriz plurianual de inversiones del Plan Nacional de Desarrollo es el objetivo de Caldas para que se incluyan allí $2,5 billones con destino a los proyectos que se consideran estratégicos para la región hasta el 2022. Si se cumple este objetivo se estarían asegurando cerca de $1 billón adicionales a lo alcanzado durante el cuatrienio pasado. Está claro que el Aeropuerto del Café, el mejoramiento vial Manizales-Mariquita y recursos para emprendimiento, investigación, inclusión social y educación son, entre otras, las prioridades.

El ejercicio desarrollado a comienzos de esta semana, cuando en seis mesas de trabajo se trazaron esas líneas de acción, es un buen ejemplo de cómo la región puede unir esfuerzos para avanzar en la búsqueda de concretar objetivos que sean producto de la concertación. Hay que resaltar el trabajo que en este sentido lidera la Gobernación de Caldas, donde las acciones de la Secretaría de Planeación ayudan a enfocar de manera clara los motivos por los cuales hay que apuntar en una sola dirección, y no desgastarse tratando de abarcar demasiado pese a no tener suficientes argumentos que resulten convincentes.

Si se le habla claro al Gobierno Nacional, con una voz que resulte coherente y bien armonizada, desde esas instancias será difícil refutar las ambiciones regionales. Así, es un buen arranque que se piense en lograr que los recursos para estos proyectos vayan a una bolsa de recursos que tengan como fin impulsar estas inversiones estratégicas, y que no se confundan con los dineros que llegan del Sistema General de Participaciones y los de gastos de funcionamiento. Esta serie de inversiones han considerado variables como la relevancia, la viabilidad, la necesidad regional y la apuesta estratégica, por lo que no hay razones para que aparezcan obstáculos a la posibilidad de su financiación y ejecución futura.

El presidente Iván Duque, durante su campaña, en varias ocasiones aseguró que quiere ser el presidente que aterrice en Aerocafé. En ese sentido la región confía en que lleguen los $424 mil millones que costará la primera fase de la terminal aérea, con lo que todas las operaciones actuales en la región podrían trasladarse a la nueva obra, con el beneficio adicional de poder tener vuelos desde más temprano y hasta más tarde. Así, los $100 mil millones comprometidos recientemente para reactivar el proyecto en el 2019 serían solo la cuota inicial para hacer realidad este sueño antes del 2022.

No menos importante es la mejora sustancial de la vía al Magdalena, ojalá con dobles calzadas y el llamado viaducto de Mesones, para agilizar la movilidad desde Manizales a La Dorada y a Bogotá, y como vía alterna a la de La Línea en la comunicación entre el occidente del país y la capital de la República. Llama la atención, sin embargo, que no se hace mención a las conexiones férreas con el Atlántico, vía La Dorada, que está muy avanzada, ni a la del Pacífico, que darían un gran impulso a la competitividad de esta región.

 

Los otros rubros, en los que se destacan proyectos educativos, de salud, de acueductos rurales, turísticos, de tecnología y de seguridad son, así mismo, fundamentales para lograr avances sustanciales en desarrollo regional y elevar la calidad de vida de los habitantes de la zona. La idea ahora es llevar toda la información al Consejo Nacional de Planeación antes del 15 de noviembre y que antes de finalizar el año haya garantías suficientes de que los recursos para Caldas estén asegurados. Así, en el primer periodo legislativo del 2019 el Congreso de la República estaría aprobando las partidas para los mencionados proyectos.