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El estadio Palogrande de Manizales es además de un escenario importante para el deporte, un símbolo. En su momento, cuando se inauguró hace 30 años, sirvió en la primera Alcaldía de Germán Cardona Gutiérrez para mostrar que era posible confiar en lo público y que se podían hacer obras de gran calado en tiempos establecidos y con los presupuestos asignados. En ese momento, les devolvió a los manizaleños la confianza en la capacidad para hacer grandes obras.
El pasado lunes se jugó en el estadio Palogrande, como hacía mucho rato no sucedía, la final de fútbol intercolegiado que ganó el Seminario Menor al Seminario Redentorista. Que los jóvenes puedan disfrutar de un escenario en el que compiten sus ídolos es también brindar mensajes de reforzamiento positivo en un escenario que debe ser público y no solo para que lo disfrute un equipo de fútbol profesional, que además tiene constitución privada. Hay que recordar que este también es espacio para ligas deportivas y que los ciudadanos pueden ir todas las madrugadas a caminar por su pista atlética.
Sin embargo, esa apertura no parece incluir a todos los manizaleños. Un trabajo periodístico publicado por LA PATRIA el sábado, muestra las dificultades que tienen las personas en situación de discapacidad para poder acceder a las gradas y disfrutar como todos del juego de sus ídolos. No se puede olvidar que hubo una época en que se permitía la entrada a lugar privilegiado muy cerca de la grama a esas personas. Hoy el escenario tiene un ascensor que no se permite su uso a quienes lo necesitan y el acceso más cómodo para ellos está asignado a la tribuna de visitantes. Hay otras posibilidades para garantizar un acceso seguro y cómodo de quienes sufren alguna limitación de su movilidad. Lo más fácil sería mover la tribuna de visitantes y permitir este espacio para quienes hoy desean acceder al estadio con alguna discapacidad. Lo otro sería hacer grandes inversiones. La Personería está tomando cartas en el asunto.
De otro lado, por estos días que el Once Caldas está mostrando resultados deportivos son muchos los que quieren acompañar a su equipo, pero se han repetido situaciones en las que las sillas asignadas a unos son ocupadas por otros. Es importante que se revise qué puede estar pasando, como lo advirtió el presidente del Concejo de Manizales esta semana. Solucionar de fondo y de una vez esta situación es prevenir futuros males. Así que esperamos que se tomen medidas para ello.

Ahora que la Alcaldía se propone invertir en el estadio para mejorar algunos aspectos ante el deterioro por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento oportuna, resulta clave que se tengan en cuenta todos estos elementos para ir modernizando el escenario a las exigencias de hoy. Asimismo, se hace necesario que se piense en hacer más exigencias a quien usufructúa hoy el estadio, en el comodato que se firma, así como revisar que cumpla las condiciones a las que se compromete y que en la mayoría de los casos ha sido un saludo a la bandera. Recuperar este símbolo de la ciudad para que sea orgullo de los manizaleños de nuevo puede ser una aliciente para que todos sumemos en esta causa.