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Las dinámicas urbanas y rurales se van volviendo complejas a medida que hay crecimiento y desarrollo. Por eso las soluciones que funcionaron en el pasado no necesariamente sirven para la actualidad. El pensar diferente, la disrupción, la innovación se hacen necesarios en todos los ámbitos, y se ven más urgentes para abordar problemas de movilidad como los de Manizales donde se conjugan varios aspectos: aumento progresivo del parque automotor, vetustez y deterioro de la malla vial, afán cotidiano cada vez más frecuente, falta de conciencia de conductores y peatones, inclinación a incumplir las normas de tránsito, falta de controles efectivos y sobre todo, ausencia de educación y cultural vial.
El saldo de los eventos registrados este año por accidentes de tránsito en Manizales es de 32 personas muertas y 702 lesionadas. Entre los fallecidos hay 17 motociclistas, los mismos hasta agosto del 2023, y 9 peatones, que representan 3 más que en el mismo periodo del año pasado. Impericia en el manejo y exceso de velocidad son dos de las principales causas de estos mortales desenlaces. En cuanto a los lesionados, este año disminuye el número de peatones, conductores y pasajeros, pero aumenta en 14 el de moticiclistas para ubicarse en 314. Desobedecer señales, no mantener la distancia, exceso de velocidad, embriaguez, explican en parte estos accidentes como lo informó LA PATRIA.
Ahora que el alcalde hizo modificaciones en su gabinete nombrando a un exsecretario de Tránsito, Juan Felipe Álvarez, para que se haga cargo de la Secretaría de Movilidad, deberá empeñarse en una política de cero accidentes. Manizales es una ciudad pequeña como para que tenga que cargar con estos registros desfavorables. Parte del ejercicio lo empezaron a hacer los agentes de tránsito, una ganancia para la ciudad en materia de orden y control, aunque es evidente que su ausencia en algunos sectores hace que pululen los infractores.
La Alcaldía ya empezó a ejecutar un programa de educación y cultura vial para reducir muertes y lesiones, pero debe insistir en ello de manera más amplia buscando aliados en las instituciones educativas de todos los niveles, en las empresas, en los gremios, en las organizaciones comunitarias y en grupos a donde pueda llegar para la formación del conductor y del peatón, para difundir pedagógicamente una movilidad más inteligente y dirigida a la prevención de estos casos. Recabar en los deberes y derechos que tenemos todos al transitar por una calle o una carretera. Como en cualquier campaña educativa, se necesita mucha innovación para lograr impactar la conciencia de la gente y promover comportamientos adecuados.


Las autoridades también deben evaluar si falta es modernizar la manera de ver y diseñar los sistemas de control. Las redes de comunicación, la tecnología y la inteligencia artificial combinadas son una tremenda oportunidad para avanzar en Manizales Inteligente y simplificar el ejercicio del control. Podemos llenar de cámaras, de guardas y de otras soluciones convencionales la avenida Alberto Mendoza, de los sitios de mayor accidentalidad de la ciudad, pero mientras no tengamos ciudadanos diferentes, poco va a cambiar. Desafíos, muchos; ojalá haya voluntad y creatividad para sacarlos adelante, y presupuestos adecuados para que los accidentes dejen de pasarnos tan enorme factura.