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Gobernar es un arte, según definió Aristóteles. Otros lo definen como el equilibrio entre las demandas sociales y la capacidad de atenderlas de forma eficaz y eficiente, y no debe ser solo cualidad que se le exija a un mandatario; todos sus colaboradores, llámense secretarios de despacho, gerentes, directores y jefes están obligados a cumplirlo desde el momento en que asumen los cargos. Si una sola pieza del engranaje que es un gobierno no funciona, las demás se ven afectadas. Por eso es necesario corregir antes de que sea demasiado tarde.

Ayer, tras una sesión de control político en el Concejo se hicieron fuertes llamados de atención a la Secretaría de Cultura y Civismo de Manizales y a la Promotora de Eventos y Turismo, que entraron en funcionamiento el 20 de marzo de este año, luego de que se le diera autorización al alcalde, Jorge Eduardo Rojas, para crearlas. Aunque sean dependencias relativamente nuevas (casi cinco meses), sus cabezas son conocedoras de lo que ocurre en estos sectores y se considera que ya deberían tener adelantados procesos que cumplan con esa capacidad de gobernar.

La esperanza cuando este cambio se dio, era que las criticables prácticas que traía el desaparecido Instituto de Cultura y Turismo, porque ni cumplía con lo cultural, ni tampoco con lo turístico, era que por fin el municipio pudiera empezar a resolver problemas, se corrigiera muy pronto lo que se traía del pasado y se diera un renacer en estos dos campos. Aquí hay que citar cosas como por ejemplo las antiguas deudas con eventos y artistas de la ciudad, que no fueron canceladas por las alcaldías de Octavio Cardona, ni la de Carlos Mario Marín, y ahora bajo la Administración Rojas todavía siguen pendientes de pago cuando ese solo aspecto debió ser una prioridad para empezar a generar confianza.

Lo que se ha dicho es que esto es responsabilidad de la Promotora, que cancelará estas deudas en mora entre agosto y septiembre, pero en la generalidad del sector cultural hay un sinsabor porque no están viendo un discurso serio, ni que estas dos dependencias estén haciendo las tareas como se esperaba. La Administración Rojas debe aclarar por qué el Ministerio de Cultura les está llamado la atención. Pero también están los retrasos que se han dado este año para el arranque de programas como los de bibliotecas, las bandas de música, las casas de la cultura, porque se ha demorado la contratación, que era un lastre que se traía desde administraciones anteriores y se sigue dando.

La Promotora de Eventos y Turismo y la Secretaría de Cultura son parte de la recuperación de la ciudad en lo que tiene que ver con la organización y promoción de la próxima Feria en enero del 2025, amenazada por el inicio de la desaparición definitiva de las corridas de toros y la necesidad de que se diseñen, programen y ejecuten eventos tan atrayentes y tan generadores de recursos como la temporada taurina; sería bueno saber en qué va toda esta labor. También se debe responder por la política de 52 eventos en 52 semanas, por la verdadera promoción y apoyo al sector cultural en general, por iniciar procesos de civismo que tanta falta nos están haciendo. Son críticas que la Alcaldía debe recibir bien y tranquilamente; cambiar lo que deba y empezar a ejecutar. No puede quedarse en halagos y aplausos, que por sí solos no hacen crecer.