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Beatriz Uchima, presidenta de la Asociación de Mujeres del Resguardo Indígena de Origen Colonial Cañamomo Lomaprieta en Riosucio y Supía.
La Universidad Autónoma de Manizales, en colaboración con Gernika Gogoratuz, Centro de Investigación para la Paz de Bilbao (España), lanzó el proyecto 'Empoderamiento de Mujeres Indígenas y Campesinas en el Departamento de Caldas'.
Esta iniciativa, financiada por la Diputación Foral de Bizkaia, busca abordar las brechas de género y fortalecer la exigibilidad de derechos en las comunidades de Riosucio y Samaná.
LA PATRIA conversó con Beatriz Uchima, presidenta de la Asociación de Mujeres del Resguardo Indígena de Origen Colonial Cañamomo Lomaprieta en Riosucio y Supía, sobre el proceso de empoderamiento en su comunidad y su vinculación en el proyecto.
¿Cómo nace la Asociación de Mujeres?
La Asociación nace desde 2016. Antes había un colectivo de mujeres, sin embargo, es desde el 2016 que vengo acompañando el proceso. En el 2020 empecé como presidenta de la Asociación.
¿Qué las motivó a crear una unión de mujeres?
El propósito de trabajar colectivamente, compartir, recuperar las historias ancestrales de nuestras mayoras, que es un legado que nos han dejado para cada día fortalecerlo, llevarlo a la práctica. Es un legado que día a día nos ha dejado y es un deber de nosotras como mujeres de resguardo Cañamomo.
¿Cuántas mujeres están vinculadas al proceso?
Hay cerca de 200 mujeres. En el 2019 se inició con la escuela de formación permanente 'Mujeres sabias por el territorio', donde cada año nos encontramos para trabajar dos semestres y cuando se dan los recursos dos meses al año. Allí trabajamos varios temas, que son el proceso organizativo y político, las economías o educación propias, no violencia contra la Mujer. Allí también avanzamos con los emprendimientos que tiene la escuela y también con el apoyo de nuestras autoridades y resguardo.
¿Cómo se da el proceso de emprendimientos y generación de recursos económicos?
Hay muchos emprendimientos que tienen que ver con la chaquiras, medicina tradicional, comidas tradicionales. Hay mujeres paneleras, barequeras. Hay muchos emprendimientos en nuestro territorio donde lo que buscamos es acompañarnos.
¿Qué hace falta para impulsar los emprendimientos?
Necesitamos más apoyo institucional para que nuestras mujeres puedan mejorar las condiciones de vida en su hogar. También hay mujeres que se han podido formar en varios espacios. Hay cerca de 16 mujeres que ya son cabildantes de nuestra comunidad, donde han podido formarse en la escuela 'Mujeres sabias por el territorio' y han salido de esa rutina en la que estaban. Les daba temor salir a participar, y gracias a Dios se ha logrado ese objetivo.
¿Por qué se daba este temor que usted menciona?
Porque no habían tenido la oportunidad de que alguien llegara a esos espacios a invitarlas a ese compartir, a decirles los derechos y los deberes que tenían ellas como mujeres. A decirles que era muy importante salir de ese rol y que era muy importante fortalecer el proceso en el que venimos trabajando en nuestro territorio.
¿Cuándo toman el impulso?
Tomamos la iniciativa de iniciar con la escuela permanente de 'Mujeres sabias por el territorio'. Ahí se les da formación, se les inculca mucho la representación de la mujer y de allí surgió la representación de la mujer como cabildantes y concejal representando a Supía y a mujeres de nuestro resguardo. Es así como salen de esta rutina de tener ese tiempo para ellas, pero se dio a través de la escuela, a través de la asociación.
¿Cómo reciben los hombres el empoderamiento de las mujeres?
Los hombres han aceptado que las mujeres salgan, que las mujeres participen. Ellos siempre han estado prestos a acompañar este proceso, de motivarnos, de querer que cada día fortalezcamos la escuela y la asociación.
¿Cómo abordan los casos de violencias basadas en género?
Hemos tenido la posibilidad de capacitar a nuestras mujeres, enseñándoles la ruta y los tipos de violencia para que ellos lo tengan en cuenta y para que estén pendientes de las demás mujeres en nuestras comunidades y lo repliquen. Es importante que cada mujer conozca la ruta para que vaya a ese acompañamiento con varias instituciones, donde nos han podido orientar.
Al tener las comunidades indígenas unos gobiernos autónomos, ¿existe una ruta diferente para las mujeres indígenas o se sigue la establecida por el Gobierno nacional?
Hemos tenido la oportunidad de hablar, por ejemplo, en la parte jurídica, donde también hay una ruta en el resguardo, donde ellas pueden llegar y hablar de lo que está pasando en las comunidades. También conocemos otras rutas, como las del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
¿Qué falta para que las mujeres logren un empoderamiento total?
Cada día nos tenemos que empoderar de sí mismas, fortalecer más, juntar más, porque hay muchas mujeres que faltan por llegar, no solo del resguardo porque también hay que hablar de nuestra sociedad. Hay que estar muy pendiente de nuestras mujeres. Considero que cada día es un avance más en el que tenemos que pensar mucho en que nos falta mucho porque hay varias cosas por aprender, y es de acompañar.
Al proyecto de 'Empoderamiento de Mujeres Indígenas y Campesinas en el Departamento de Caldas' se van a vincular 80 mujeres del resguardo de Cañamomo y 30 de Samaná.
Las actividades se centrarán en:
*Talleres de Diagnóstico Participativo
*Producción Artística
*Redes de Mediadoras
*Capacitación en Derechos Humanos
*Semilleros de Emprendimiento
*Tulpa de Diálogo
*Sistematización Participativa
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