LA PATRIA | Anserma

Doña Estelia Vélez es una dama ansermeña curtida por el sol y el trabajo desde muy joven en Anserma, en el occidente de Caldas.

Ella reside en un sector de la avenida El Libertador y este año regresó con sus ollas, sartenes, un cerdo y muchos regalos como lo hace cada año al barrio Pablo VI, una zona donde viven personas con muchas necesidades.

Acompañada por el sacerdote Uriel Palacio, por sus hijas y por un grupo de amigos llegó hasta el extremo sur de Anserma, donde se ubica este barrio para celebrarles la Navidad a todos los habitantes de este sector. 

Cada año escoge un sector deprimido y realiza la misma faena. En esta oportunidad se congregaron los ciudadanos a rezar la Novena de Aguinaldo, a recibir la natilla, a comer un sancocho de cerdo.

Logra esta misión gracias a donaciones de ansermeños que se encuentran en Londres (Inglaterra), donde hay una colonia numerosa y organizada, así como de algunos habitantes de esta localidad que saben que esta mujer lidera una causa noble.

21 años de compartir con las comunidades más necesitadas

Estelia dice que lleva en esta actividad que favorece a diferentes sectores vulnerables de Anserma desde hace 21 años consecutivos.

Aunque sus hijas, que son sus principales colaboradoras, le dicen que ya es tiempo de descansar, ella responde que espera cada diciembre con mucha devoción porque su mayor regalo es la sonrisa de los niños y la alegría de los adultos al compartir los alimentos de esta Navidad.

Mientras Estelia reparte sancocho y fritanga, una de sus hijas, Mónica Rendón Vélez, abogada de profesión, anima a los asistentes y contribuye con la familia Orozco Ríos, sus ángeles, como los denomina, a entregar con un Papá Noel regalos a cada uno de los niños de la zona. Para todos alcanza.

El encuentro este año se realizó en la cancha del barrio Pablo VI, donde la comunidad se congregó para rezar la Novena de Aguinaldos y para compartir un día de alegría y muchos detalles.

Ya agotada al final de la tarde, Estelia se sentó por unos minutos. Vio como sus colaboradores recogían las ollas vacías y fue cuando dijo con satisfacción:

“Otro año que les cumplimos a los más necesitados. Mientras Dios me dé vida y salud esta obra no desaparecerá".

El delantal que luce Estelia con su nombre bordado, también tiene un frase que representa todo lo que ella hace cada año por alguna comunidad marginada de Anserma: "Concinando con amor".

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