
Fotos | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA
La artista se basa en una imagen para plasmarla en su lienzo de clavos e hilos. Aquí está haciendo la Catedral de Manizales.
LA PATRIA | MANIZALES
Stephanía Ríos es una artista de Manizales. Se enfoca en el arte de la hilografía, es decir, tejido a través de clavos.
Su técnica, según ella, es poco usual, sin embargo es esa característica la que ha hecho que varias personas y clientes se acerquen para poder crear sus obras en hilo.
Sus manos han hilado rostros, ciclistas, animales, edificaciones y cualquier objeto que se le atraviese. Incluso cuenta con obras con las que se lleva hasta mil y dos mil clavos. Actualmente, comparte su arte con mujeres de la Casa para la Dignidad de las Mujeres. Primero inició con un grupo de 15 alumnos, pero en el proceso se fueron quedando unos y solo continuaron cinco.
"El proceso no es fácil, se los dije desde un principio, pero quien resistió hasta el final ahora está trabajando conmigo. Estamos acompañando este espacio a mujeres que quieren crear, que quieren aprender un nuevo arte", dice.
Para ella el arte es una herramienta para sacar adelante "todos esos proyectos que tenemos un poco guardados y también una forma de expresión y de liberación de la mujer", agrega Stephanía, mientras crea una obra que tiene como protagonista la Catedral Basílica de Manizales en la cual usó aproximadamente 500 clavos.
En conmemoración a Manizales hizo una obra de la Catedral Basílica.
Un trabajo por estados
A la hora de llevar a la práctica su arte, lleva a cabo cuatro procesos importantes: rotulación, clavado, hilado y sombras.
Afirma que para pasar por cada fase se debe contar con un tiempo, unas técnicas y unos momentos. Por ello, para ella es importante tener un equipo de trabajo que le ayude a ir adelantando las distintas etapas que tiene una pieza de arte.
"Primero se hace un bosquejo de la figura que se quiere. Trabajamos sobre cualquier diseño, formato, logos, todo lo que se les ocurra realmente lo podemos representar. El tipo de clavo y de lienzo depende y varía mucho del diseño".
Para hacer sus obras maneja clavos en acero, ya que no presenta oxidación y tiene durabilidad. Con el hijo pasa lo mismo, manipula hilos encerados que son repelentes al agua, al sol, un hilo resistente al tiempo para que las obras perduren.
Por la experiencia que posee puede tardar un día haciendo una obra, pues el tiempo le ha ayudado a ser más ágil con sus manos. Sin embargo, sus aprendices puede demorar entre una o dos semanas.
Por ejemplo, con ellos dio vida a un Barranquillo. Fragmentaron las partes de su cuerpo para mostrar en detalle la complejidad del proceso.
"Me encargo de direccionar la obra, de observar que todo esté bien, que las puntillas estén en un mismo nivel. Cada una hizo un pedazo de la obra y al final la unimos y generamos esa composición".
Este es el Barranquillo, obra creada por sus estudiantes de la Casa para la Dignidad de las Mujeres, e hizo parte de la exposición Fragmentos. Hecho por las mujeres de la Casa para la Dignidad de las Mujeres.
A un formato tridimensional
Como artista quiere salirse del contexto plano para hacer figuras más tridimensionales, incluso con realidad aumentada. "Estamos yéndonos un poco a otro nivel, un poco a la realidad aumentada con figuras en tercera dimensión, obras que salen de la misma obra e interactúan con el público".
Sobre el valor que tienen sus obras, Stephanía manifiesta que primero debe observar lo que la persona desea porque el precio varía según el nivel de complejidad y del diseño que tenga.
Este es una obra que creó el año pasado.
El rostro de un perro se robó varias capturas de quienes visitaron el pasado jueves la Casa para la Dignidad de las Mujeres, pues las asistentes pudieron observar algunos de sus trabajos.
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