Fotos|Albeiro Rudas|LA PATRIA De las tumbas indígenas en nuestra región son extraídas principalmente piezas de barro.
Albeiro Rudas
LA PATRIA|Anserma
La guaquería la ejercen hombres ambiciosos, atraídos por el valor de los objetos preciosos enterrados con los indígenas. La actividad se originó con la llegada de los españoles al nuevo mundo.
Aún sobreviven algunos guaqueros, que sin importar que esta actividad sea ilegal, aprovechan la Semana Santa para volver a su actividad y salen a buscar en las montañas indicios de la existencia de guacas, de acuerdo con sus creencias, pues insisten en que es la época en que estas se dejan ver, pues alumbran.
Los guaqueros usan herramientas rudimentarias como una mediacaña, una pala de cabo corto, una peinilla tres rayas y se acompañan de aguardiente o de café en espera de que surjan luces o llamaradas que, según ellos, son de las ánimas que protegen su tumba sagrada.
Rituales
Desde el primer lunes de Semana Santa los guaqueros empiezan con sus agüeros. Alistan ramas de yerbabuena, altamisa, ruda y verbena, pues dicen que de esta manera limpian las malas energías que tenga el cuerpo. Dicen que así alejan su mente de malos pensamientos, ya que durante esta semana no se puede hablar de sexo, ni hacer el amor con su compañera, para estar lo más puros posible en los días principales que son Jueves, Viernes y sábado santos.
El guaquero debe de ser experto en la búsqueda de señas que indiquen que hay una guaca o entierro en ese lugar, conocer acerca del significado de los tipos de luces y señas en la tierra, buscar indicios de carboncillo y empezar un cateo para aclarar si es una guaca o un entierro.
Según estos buscadores de tesoros, las guacas las hay de diferentes tipos: en forma de bota, en hongo, en zapato, resbaladiza, enlagunada, envenenada, embovedada, y muchas de ellas muestran diferentes luces y tamaños.
* La azul significa que es una guaca de indio pobre, donde solo hay huesos y ollas.
* La amarilla significa que es una guaca con oro y fina orfebrería.
* La verde tiene piedras preciosas como esmeraldas y otras alhajas.
* La arcoíris o llamarada, que dicen es de más de cinco metros de altura, es la más codiciada, porque se supone que es de chamanes y caciques. Son profundas y contienen riquezas, pero también son las más difíciles de encontrar, cuentan estos guaqueros veteranos. Agregan que estas últimas las protegen entes muy poderoso que solo se pueden persuadir por medio de oraciones u ofrendas, que ellos no cuentan en qué consisten.
Buscan entierros
A diferencia de las guacas, los entierros son tesoros, reliquias como monedas morrocotas, cubiertos en plata y oro, que enterraron colonos adinerados o hacendados en raíces de árboles, caminos de herradura o en paredes de tapia de casas viejas, que custodian los preciados tesoros.
La guaquería ha creado un mundo de misterio donde los hombres salen a las montañas en números impares, vestidos con prendas claras y hojas de eucalipto en el pecho para que no se le hiele el corazón cuando sale el ánima, y una rosa blanca como ofrenda al espíritu. Esta tradición se ha perdido con el tiempo, aunque hubo quienes encontraron en la tierra piezas e historia invaluable que nos han ayudado de alguna manera a comprender la vida de nuestros antepasados, porque por fortuna, algunas personas conscientes han protegido lo encontrado y avisado a las autoridades para que le den el cuidado que requiere esta riqueza de nuestra historia.
* Con la colaboración de Daniel Calle, miembro del Centro de Historia.
La palabra huaca o guaca proviene del quechua. Significa templo o lugar sagrado.
Existen muchos mitos en torno a las guacas.
La guaquería se incrementa en la Semana Santa.