Fotos I Luis Fernando Trejos I LA PATRIA  Aleyda Quintero estuvo 12 años como rectora de la Normal de Caldas, donde también estudió la primaria y la secundaria. La comunidad educativa le dijo gracias por todo

Fotos I Luis Fernando Trejos I LA PATRIA

Aleyda Quintero estuvo 12 años como rectora de la Normal de Caldas, donde también estudió la primaria y la secundaria. La comunidad educativa le dijo gracias por todo.

LA PATRIA | Manizales

Aleyda Quintero nació en el barrio Vélez, de los más pobres de Manizales en los años 50 y 60 del siglo pasadoAleyda Quintero vivió su infancia con sus padres y cinco hermanos en un establo de vacas, sin baños y demás servicios, acondicionado como casa. Aleyda Quintero jugó hasta su juventud, en callejones en tierra, al escondidijo y a la lleva con José Fernando, Luz Marina, Teresa, Uriel, María Helena, Agonías, el Negro y otros.

Aleyda Quitero estudió la primaria en la Escuela Anexa a la Normal (hoy Facultad de Ciencias de la Salud frente al Hospital de Caldas). Aleyda Quintero estudió el bachillerato en la Normal y allí se convirtió en maestra.

Este nombre vale la pena repetirlo, y sobre todo grabarlo, cuantas veces sea necesario en la ciudad. Ella estuvo durante 50 años en la docencia, como profesora, directora y rectora, en las zonas rural y urbana.

"Ese resumen de mis primeros años es para decir cómo se fue moldeando mi carácter. Las familias del barrio Vélez, en medio de mil dificultades, me inculcaron valores. Las maestras en la Normal tenían un mensaje claro: si no se maneja bien, busque colegio".

También está su propia frase: "nací para mandar", la cual tiene una explicación. lejos de corresponder a una persona imperiosa. Desde niña, como hija mayor, luchó por sus cinco hermanos y padres, estuvo al frente de múltiples vicisitudes, en una complicada economía del hogar

Recuerda: "Como era tan buena estudiante, me sobraba mucho tiempo. Entonces, ayudaba en la tienda del colegio, batía la leche para los alumnos y colaboraba en los quehaceres de la casa. Me alcanzaba hasta para hacer recocha, era la niña de 2,5 en conducta por lo que sí me llamaban mucho la atención".

 

El mural a Aleyda Quintero, rectora de la Normal de Caldas 

Esa personalidad está en la mente y en los corazones de sus generaciones de estudiantes, compañeros, jefes, familia y amigos. La Promoción de bachilleres 2024 ha dejado en un mural, pintado en el patio, la marca registrada de esta rectora: Mano dura con guante de seda.

Esa forma de ser también la describen las siguientes personas con una palabra. Bertha Marín, quien fue su maestra en la Normal: Comprometida. Ana Lucía Jaramillo, compañera de colegio: Extraordinaria. Jorge Morales, su profesor en la especialización de Planeación en Educación en la Universidad Católica: Comprensiva. Lina Carreras, del Área de Primeros Auxilios de la Normal: Bondadosa. Y Adriana María Ocampo, secretaria de la Rectoría: Humilde.

La normal fue su casa. Allí estudió toda la primaria y todo el bachillerato, cuando la hoy jornada única era de 8:00 a.m. a 11:00 a.m. y de 2:00 p.m a 5:00 p.m. "Estudiábamos todo el día, había muchas cosas por hacer con mucho sacrificio, pero yo quería ser profesora".

Su inspiración fue la profesora de primero, la señorita Margarita. Aleyda quería ser como ella. Claro que antes, ya había hecho la práctica en el barrio, sus amiguitos eran los alumnos en las clases de preparación de comitivas en parajes del barrio.

Doña Margarita habló con LA PATRIA, vía celular, y prefirió utilizar no una sino dos palabras para evocar a la Aleyda niña, recién llegada a la escuela Anexa: Alegre y respetuosa. Y Aleyda dice de Margarita: "Era muy linda, sabía mucho y desde joven ya era docente, eso me impulsó mucho".

 

Trayectoria de la rectora de la Normal de Caldas

Al iniciar el bachillerato, con 10 años, Aleyda ya se sentía una mujer grande, se sentía profesora. En la casa preparaba presentaciones de teatro los días de la Madre y del Padre, sus hermanos eran los actores.

"Yo tenía mucha energía y una especie de frustración. Como dije antes vivía en una casa pequeña, sin baño y sin patio. Cuando llegué a la Normal corría por los corredores cada que podía, fue una forma de liberarme de eso". Añade: La pasé muy feliz en el colegio, hacer las prácticas como docente desde octavo fue muy emocionante, me fue muy bien como estudiante".

Un paso rápido por su vida, tras las etapas de estudiante, incluyen sus primeros trabajos como docente en la escuela Banco del Comercio y el colegio de Cristo.

En la sede educativa del Banco la comunidad religiosa le dio la oportunidad de ser subdirectora. "Estaba en mi salsa". Ayudaba en el restaurante, fue tesorera, organizaba aquí y allá. Su experiencia crecía también como administrativa.

En esos tiempos ya tenían casa en el barrio Las Toscana, gestionada con el programa de las Hermanas del Sagrado Corazón, luego de haber pagado arriendo en Betania.

Manifiesta: "Mejoramos la calidad de vida con mis hermanos Carlos Alberto, William, Albeiro, Armando y Nora. Después me casé, pero nunca me desconecté de estar pendiente de ellos, que vivieran en condiciones dignas".

Su siguiente paso en el magisterio fue como mediadora. Los conflictos escolares ameritaban personas que ayudaran a resolver conflictos. Aleyda estuvo con ese papel en el entonces Alfonso López, el Siete de Agosto, y otros.

También laboró en la Colonia Escolar Pedro Uribe Mejía, a donde llegaban niños de los municipios de Caldas, hijos de caficultores. "Los chicos eran internados, yo también, y aprendí mucho de la calidad humana para atender a las personas", recuerda.

Ella seguía con la idea de ser directiva. Entonces, le llegó un reto. Ser directora de la escuela María Goretti, en la vereda El Tablazo, que estaba a punto de ser cerrada por falta de alumnos. ¿Lo toma o lo deja?, le preguntaron en la Secretaría de Educación. Dio el sí.

La enérgica directora pronto reunió a la comunidad, propuso educación sabatina; enseñanza agropecuaria con cultivos y gallinas ponedoras. 17 años después dejó la escuela convertida en un colegio con mil 150 alumnos.

 

El regreso de Aleyda Quintero a la Normal de Caldas 

"Que sea lo que Dios quiera". Eso fue lo que le contestó Aleyda a la Secretaría de Educación en el 2012 cuando la llamaron a proponerle, primero, y a ratificarle, cuatro días después, que sería la rectora de la Escuela Normal de Caldas.

Ocho días después del regreso a la que considera también como su casa, escuchó el himno institucional. En ese momento tuvo consciencia de la responsabilidad que tenía encima, con la institución en donde pasó de niña a adolescente, donde estudió y se graduó.

Su experiencia en escuelas y colegios, sus estudios especializados en educación y más formaciones las puso al servicio de la Normal.

Lo que le dejó a la institución, más allá de mejor infraestructura, ascenso en pruebas externas, y otras cosas, es la calidad humana. "Siempre les digo a mis compañeros de la Normal, porque aquí somos una familia es que nunca pasen por encima de un ser humano, nunca hagan llorar a un ser humano".

 

Foto I Cortesía para LA PATRIA 

Aleyda Quintero presidió por estos días sus últimos grados en la Normal de Caldas. En la foto con Jacobo García Cedeño, el Mejor Bachiller Académico 2024. 


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