Foto | Cortesía | LA PATRIA
En el Politécnico El Naranjal, de Chinchiná, promueven estrategias con el propósito de inculcar el buen trato entre los estudiantes. Por eso, el proyecto Valores con aroma de café fomenta la sana convivencia y el respeto.
LA PATRIA | Chinchiná
La alumna Sofía Vargas dice que aprendió a perdonar; Andrés Rendón, a ser solidario, y Juan Esteban López, a fomentar la paciencia. Ellos exaltan el programa Valores con aroma de café, del colegio rural Politécnico El Naranjal, de Chinchiná (Caldas). El proyecto impulsa la práctica de la urbanidad y el crecimiento personal.
En las clases trabajan 10 valores: Bondad, sinceridad, empatía, amor, paciencia, gratitud, perdón, humildad, responsabilidad y solidaridad.
El docente Carlos Augusto Granada recuerda que el programa surgió de la necesidad de fomentar un buen trato entre la comunidad estudiantil.“Antes no había un buen comportamiento en el aula, ahora sí lo hay”.
En un muro, detrás de la Institución Educativa, plasman frases alusivas al perdón y a la reconciliación.
En Valores con aroma de café están los alumnos más sobresalientes. Ellos apoyan actividades de cine con crispetas y la dinámica del que llaman Hospital del amor.
El plan surgió en el 2015, por iniciativa de alumnos del grado séptimo. Un ejemplo de su impacto indica que se redujeron los apodos y que ponen en práctica la tolerancia de género.
Impacto
Sofía Vargas, grado 10.º
Le inculco a mis compañeros el respeto y tolerancia. Los valores son importantes para una sana convivencia.
Andrés Rendón, grado 8.º
Valores impacta de manera positiva a la comunidad estudiantil.
Juan Esteban López, grado 11.º
Rescatamos el respeto y la diversidad de género entre los compañeros.