Ilustración | LA PATRIA
Se requiere de la presencia de los progenitores; mientras maestros siguen en la coordinación.
LA PATRIA | Manizales
"Muchas veces en los ires y venires a uno no le alcanza el tiempo. Yo siempre quise cortar ese círculo porque mi mamá siempre estuvo superocupada. Quise aprender a estar, porque muchas veces las ocupaciones no dejan".
La conclusión anterior es de una mamá, tras realizar una actividad a la que fue llamada en el preescolar de su hijo. A ella, continuamente, se le ve involucrada en los procesos que tienen que ver con él.
LA PATRIA conversó con Juan David Galeano Posada, psicólogo de la Universidad de Manizales y coordinador de Educación de Chinchiná. Se le preguntó sobre esa sinergia que debe haber entre los padres y la academia en la educación de los menores.
"Debemos interiorizar que el papel que tienen los padres de familia y/o acudientes en la formación de los hijos es crucial y determinante para el fortalecimiento o desarrollo de las competencias académicas en el menor", mencionó Galeano, que está vinculado a la Secretaría de Desarrollo Social.
En eso, según el profesional, es fundamental el asunto de la formación en valores y habilidades sociales que se adquieren desde el ejemplo que reciben los niños(as) y jóvenes, de parte de quienes han orientado su crianza en lo que se llama primera escuela, en el hogar.
"Cada padre de familia debe ser garante del derecho a la educación de los hijos. Debe aprender a trabajar de manera articulada con los equipos directivos y docentes de los planteles educativos", subrayó.
Galeano agregó: "Lo mejor es que no sean unas figuras ausentes. Ahí viene algo muy importante y es que a mayor disfuncionalidad familiar, a mayor complejidad de los valores en casa, se vuelve más difícil la experiencia de aprendizaje de los pequeños".
Unidos
Galeano también respondió:
¿Cuál es el compromiso inicial o primario que deben tener los padres con la educación de los hijos?
Los estudiantes tienen formas muy particulares de aprender y maneras muy personales de interactuar en los planteles educativos. Tiene un papel determinante lo que tiene que ver con la autoridad, la obediencia y con el cumplimiento de la norma que se le ha interiorizado en casa.
Un estudiante que sabe de límites, porque sus padres le enseñaron, ha de tener muy buenos rendimientos en la convivencia escolar. Un estudiante que es capaz de resolver un conflicto de manera asertiva, es capaz de interactuar de manera propositiva y positiva con sus pares en la academia.
Los centros educativos, fortalecedores...
El padre de familia tiene un papel crucial en la formación, porque es el que infunde las bases que va a tener el hijo(a) dentro del plantel educativo). Los centros educativos están para fortalecer lo que se ha aprendido en casa, están para una mediación en el conocimiento, para el fortalecimiento conceptual, para la adquisición de nuevos saberes.
Pero esa parte de aprendizaje social, de inteligencia emocional y eso de aprender a respetar a los demás son aprendizajes que se adquieren netamente en el seno fraterno de cada hogar.
¿Ahí es cuando se habla de corresponsabilidad de escuela - familia?
Si, claro. La educación tiene una base de corresponsabilidad, en la que la interlocución escuela / familiar es primordial hoy en día. Un padre de familia debe velar por la autonomía de su hijo y por su independencia, eso desde lo saludable a nivel mental y emocional, que no ponga en riesgo la integridad propia ni la de los demás.
Los papás deben tener plena confianza en los procesos pedagógicos y psicológicos que se llevan a cabo dentro de los planteles educativos. Es que debe creer en la institución a la que le está llevando su hijo.
Al igual que la institución tiene el derecho de creer que la formación que ese niño ha recibido desde la casa, ha sido eficaz y eficiente para obtener muy buenos desempeños. No se puede ni sobreproteger ni abandonar, tiene que manejar un límite. Los excesos no son buenos, no traen cosas positivas.
Todo, con respeto...
Se debe acompañar desde el respeto a la autonomía, a la responsabilidad social del niño y a la autoridad de la institución educativa sobre la formación. Ningún padre tiene porque vulnerar lo que está contemplado dentro de un manual de convivencia.
Muchos niños(as) son el reflejo de los padres al interior de los planteles educativos, muchos reflejan las realidades familiares que viven diariamente en ese tema del desconocimiento de la norma, de los límites y de muchas cosas que se necesitan para una adecuada socialización.
¿Hasta dónde tienen que actuar los docentes?
El docente está en la obligación de hacer los correctivos pedagógicos y académicos necesarios. Es el que conoce la evaluación que soporta el desarrollo de competencias en el estudiante. El docente tiene todo el derecho de invitar al padre de familia a que acompañe esa formación en el hijo(a).
Ese llamado se hace desde las escuelas de padres, desde espacios de formación como talleres, conferencias, etc. Lastimosamente, hoy en día, hay mucha apatía en el padre de familia para con estos seminarios,
Creen que un hijo son solo las notas o ir a pagar la mensualidad, no. El padre debe estar adherido al proceso formativo y educativo de los hijos. El docente debe llamarlo cuando corresponda.
Seguimiento
Hay que conocer las instituciones a las que se les confía la educación de los hijos, no tienen por qué atacarse: "Los padres tienen que seguir los procedimientos pedagógicos y los proyectos de vida, esto desde la integridad y desde la humanidad. La academia también debe conocer el componente sociofamiliar del estudiante. Un padre que acompaña, fomenta las sanas competencias en el menor", dijo Juan David Galeano Posada.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
"Se debe acompañar desde el respeto a la autonomía, a la responsabilidad social del niño y a la autoridad de la institución educativa sobre la formación": Juan David Galeano Posada.