Hay iniciativas, pero no alcanzan. La brecha de género en la ciencia y en cargos directivos de instituciones educativas continúa siendo grande. 

Un estudio realizado por la Universidad del Rosario evidenció que a pesar de que el número de investigadores en Colombia ha aumentado en la última década, las mujeres representan menos del 40% de los investigadores en ciencias naturales en el país y lideran únicamente el 30% de los grupos de investigación en esta área.

En el estudio también se encontró que en los últimos cinco años la mayoría de los egresados de pregrados y maestrías en ciencias naturales son del país. No obstante, solo el 40% de las becas doctorales fueron otorgadas a mujeres. 

LA PATRIA conversó con Ana Milena López Rúa, coordinadora del Departamento de Educación de la Universidad Autónoma de Manizales y licenciada en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad de Antioquia, sobre el panorama de la mujer en la ciencia y la educación. 

¿Cómo llega a la coordinación del Departamento de Educación?

Por la necesidad de cualificarme y porque me enfrentaba a desafíos laborales en los que los profesores se estaban preparando mucho más. Entonces, busco la opción de maestría en Enseñanza de las ciencias, aquí en la Universidad Autónoma de Manizales. La terminé en el 2015, y debido a mi rendimiento académico, la misma universidad me llamó un tiempo después para coordinar la maestría en Enseñanza de las ciencias. Eso fue un logro muy bonito. Cinco años después me ofrecen el cargo de la coordinación. 

¿Con qué retos se ha encontrado en el cargo? 

Los desafíos han sido más académicos, sobre todo el hecho de ser de educación, que es un articulador en la universidad. Con relación al hecho de ser mujer, en la universidad no he enfrentado ningún obstáculo al respecto. En algún momento de mi vida, en otro espacio, si enfrenté problemas de acoso sexual. 

¿Cómo se da la relación entre mujer, ciencia y educación? 

Convergen bien, y a mí me ha ido de igual forma,  pero al estar en el campo educativo sí observo una brecha gigante y la menor posibilidad que las mujeres tienen de acceder  a carreras en ciencia, por ejemplo, en ingeniería.

En cifras, ¿cómo se evidencia? 

En el 2020 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ubica a Colombia en el puesto 22 de 149 como uno de los países con más brechas de género. Y lo que yo observo, es que es un asunto que viene desde la escuela, desde la niñez.

¿Por qué sería desde la escuela?

Por la manera en cómo estamos formando a los niños y a las niñas. El primer reto está en la formación de profesores. Y es cómo los profesores incorporan las reflexiones de género en sus procesos de enseñanza, discursos y en cómo potencian las habilidades tanto de niños como de las niñas. A mí, por ejemplo, me cuestiona mucho que haya que celebrar el Día de la Niña en la Ciencia, Por qué tener hacer esa distinción cuando tanto niños como niñas tienen las mismas potencialidades o las mismas capacidades.

¿Todavía hay roles de género al momento de educar? 

Se ve en algo muy básico en la vida cotidiana, que es conducir. Dicen que las mujeres no tienen pensamiento espacial. ¿Será que realmente las mujeres no tienen pensamiento espacial o cómo las instituciones educativas están fomentando o desarrollando esta habilidad? Cosas tan sencillas como esas son desafíos a los que se enfrentan las mujeres diariamente, que no son necesariamente de la ciencia, pero que van abriendo mucho más esas brechas en torno al género.

Y en la universidades, por ejemplo, ¿cómo se evidencian las brechas?   

Cuando están en la universidad y se embaraza, son las primeras que tienen que abandonar sus estudios o piensan que lo tienen que abandonar. Porque el hombre es el que tiene que seguir estudiando y ella se debe dedicar al cuidado de los hijos. Ese es un desafío que está relacionado con la formación de los docentes universitarios, quienes deberían en decirle a las mujeres: "Mira, tú eres mujer, pero ahora que eres mamá, tienes un reto mucho más grande, de cualificarte y poder ser una mamá profesional porque ser bachiller ya no va a ser suficiente para la tarea que tienes de ser mamá”.

La diferencia también se ve en los cargos directivos, ¿cuál es el panorama? 

En la Universidad Autónoma uno sí ve cada vez más mujeres que ocupan cargos directivos y eso nos llena de emoción y orgullo. Pero si uno hace un panorama general, uno casi no encuentra mujeres en una rectoría, por ejemplo. La sociedad nos lleva a crear un imaginario de que los hombres están mucho más calificados para cargos directivos o que tienen más habilidades organizacionales.

¿Cree usted que los centros educativos tienen la responsabilidad de cambiar estos imaginarios?

Totalmente. Creo que hay varios factores que inciden en la brecha de género. Una tiene que ver con el entorno socioeconómico de los niños y las niñas. Otra con la formación de sus padres y sus madres. La última, con el acceso a la educación superior y cómo los profesores en las instituciones educativas orientan, abren o disminuyen más esa brecha de género.

¿Cómo se avanza en Manizales?

La brecha sigue siendo muy grande en comparación con el país. El panorama no es  muy alentador. Sin embargo, veo que iniciativas. Por ejemplo, invitar a las niñas a que se acerquen más a temas de ciencia, pero en términos generales no encuentras una campaña que sea muy marcada en la divulgación o la difusión de estrategias que permitan disminuir esa brecha de género. Es un tema que sigue siendo preocupante. Todavía hace falta muchísimo más por hacer, y creo que son las instituciones educativas de básica y media, principalmente, los encargados de movilizar a las niñas. 

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