Foto | Cortesía | LA PATRIA | PEREIRA | A corte del 14 de noviembre, iban 140 muertes en el Área Metropolitana de Pereira.
En la tarde del martes 10 de diciembre en el centro de Pereira grupos de defensores humanos se reunieron para protestar y pedirle a las autoridades respuestas sobre la ola de violencia que ataca el Área Metropolitana Centro Occidente (Amco) y Santa Rosa de Cabal.
Oscar Martínez, uno de los asistentes y defensor de derechos humanos, habló sobre la importancia de hacer ese tipo de actividades en el Día de los Derechos Humanos para visibilizar el incremento de la violencia y pedir respuestas.
“Estamos ante un pico de violencia que refleja una coyuntura crítica, pero es importante entender que esta violencia nunca ha desaparecido del todo. Ha sido una constante en nuestra región durante más de 20 años”, señaló Martínez.
Con más de 140 homicidios registrados a corte del 14 de noviembre, la región enfrenta recrudecimiento de la violencia, con desmembramientos y decapitados. Prácticas que se pensaban erradicadas de la región, pero que han regresado.
La organización criminal Cordillera, que mantiene un control territorial hegemónico desde hace décadas, es señalada como uno de los principales actores detrás de esta violencia. Su influencia no solo abarca el narcotráfico, sino también otras rentas ilegales que perpetúan su poder en barrios populares y zonas urbanas de Pereira y municipios vecinos.
Sin embargo, las autoridades indican que las pugnas internas y externas dentro de esta estructura han incrementado los niveles de violencia, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables, incluidos jóvenes y adolescentes.
Los jóvenes víctimas de la violencia
“Son los chicos y chicas quienes más están sufriendo esta violencia. Necesitamos un diálogo serio sobre lo que esta situación está haciendo a nuestra juventud y a nuestras comunidades”, enfatizó el defensor de Derechos Humanos.
Este evento, inspirado en reflexiones previas como las del informe territorial de la Comisión de la Verdad, busca profundizar en las conexiones entre la criminalidad urbana y el conflicto armado histórico que ha permeado el área metropolitana.
“Es fundamental entender que esta violencia coyuntural no es un fenómeno aislado. Está profundamente vinculada con el conflicto armado y con dinámicas sociales y económicas que perpetúan el control de las organizaciones criminales”, señaló.
¿Hay presencia del Clan del Golfo y del cártel de Sinaloa en Risaralda?
A pesar de los rumores, es difícil confirmar la presencia de estos actores sin un análisis riguroso. Por eso, indicó Martínez, es necesario convocar una mesa de análisis de criminalidad que permita entender mejor la dinámica de los actores armados en la región.
"Lo que se rumorea es que el Clan del Golfo, con apoyo del Cártel de Sinaloa, está intentando ingresar para controlar rentas ilícitas. Las muertes emblemáticas y prácticas de sadismo que hemos visto recientemente son características de estas organizaciones", señaló.
Su presencia en otras regiones de Colombia ha estado marcada por tácticas violentas y una búsqueda constante de control sobre economías ilegales. Si bien Pereira ha enfrentado una violencia persistente por parte de Cordillera, la llegada de nuevos actores podría escalar la conflictividad en la región.
"Estamos en un plano especulativo, pero eso no significa que podamos ignorarlo. Es crucial que las autoridades tomen este tema en serio y convoquen a un análisis profundo para entender y responder a esta posible amenaza", concluyó.
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