Foto | Cortesía | LA PATRIA | ARMENIA
En la antigua estación del ferrocarril de Armenia, colectivos y fundaciones pintaron el mural Las cuchas tienen la razón, como ejercicio de memoria
El mural Las cuchas tienen razón se sigue reproduciendo por todo el territorio nacional. Desde su intento de censura en Medellín, colectivos de diferentes ciudades se han unido para levantar su voz y con arte plasmar la lucha contra el olvido y seguir en la búsqueda de personas desaparecidas.
El turno el fin de semana fue para Armenia, en donde un grupo de colectivos artísticos, fundaciones y ciudadanos en general, se reunieron en la antigua estación del ferrocarril para pintar el mural y levantar la voz sobre los desaparecidos del departamento.
Según FundaManá, una fundación de familias que buscan a los desaparecidos del Quindío, hay aproximadamente 584 personas en esa condición, que siguen buscando.
Por eso convocaron la pintada artística, como una respuesta de mantener viva la memoria histórica y cuestionar las narrativas oficiales que, según sus organizadores, han encubierto la magnitud de esta problemática.
Libia Ospina Criollo, representante de la fundación, señaló que como víctimas que han padecido el flagelo de buscar a sus seres queridos, se unen a la iniciativa del país para hacer memoria de los hechos victimizantes.
“En dos años de trabajo como organización logramos encontrar nuestro primer desaparecido. Algo que ha sido de mucha importancia para saber que si es posible, porque si los buscamos los encontramos”.
Juliette Ramírez, una de las artistas locales presentes en la iniciativa, explica que el arte es un catalizador de las emociones pero que también funciona para llamar la atención de las personas ajenas a ciertos hechos y sensibilizar sobre lo que realmente ocurrió.
“Este mural no es sólo arte; es una herramienta poderosa para sanar, reflexionar y recordar. Queremos que la gente pase, lo vea y se pregunte qué hay detrás de estas imágenes, que investigue y reconozca que en el Quindío también hay víctimas”, comenta.
La iniciativa también busca romper con la percepción de que el Quindío es un remanso de paz, una idea que, según los organizadores, ha contribuido a invisibilizar los hechos de violencia que han marcado la historia del departamento.
“Las calles hablan, las calles son nuestro medio de comunicación, donde todas las personas pueden pasar y hacer una pequeña reflexión y pensar bueno y esto pasó”, reflexiona Ramírez.
El proyecto fue convocado de manera comunitaria, involucrando a diferentes actores sociales. Jessica Obando Correal, subraya que los artistas locales lideraron el diseño y la ejecución del mural, la iniciativa es un esfuerzo colectivo.
“Todos aportaron desde diferentes áreas, ya sea con la logística, los materiales o el acompañamiento a las familias de las víctimas. Es importante reconocer que esto es un trabajo en comunidad”, señala.
El mural incluye rostros de madres y sus seres queridos desaparecidos, acompañados de mensajes que buscan generar conciencia.
“El mural es un llamado de atención a la sociedad para decirles que en el Quindío, en el Eje Cafetero y en el país, los desaparecidos si existen”, concluye Libia.
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