El Congreso de la República aprobó en último debate la Ley contra el Ruido, que busca mitigar los efectos de la contaminación acústica y establecer una Política de Calidad Acústica en el país. 

El proyecto, liderado por el representante Daniel Carvalho de Antioquia y coautoría del representante Alejandro García de Risaralda, recibió el respaldo mayoritario de la plenaria del Senado, marcando un avance significativo en la calidad de vida de los colombianos.

Un problema que afecta a miles de pereiranos

La contaminación acústica no solo es una fuente de estrés y afectaciones a la salud pública, sino también un detonante de conflictos sociales y económicos en Pereira. Según datos de la Policía Metropolitana, el 70% de los conflictos de las llamadas para atender problemas, están relacionados con el ruido.

En 2024, la Policía Metropolitana recibió 35,000 llamadas por denuncias de ruido, de las cuales 24,600 (70%) estaban directamente relacionadas con excesos de este tipo, informó García.

El representante añade que el problema de contaminación auditiva de la ciudad, alcanza niveles preocupantes en la Comuna del Río: desde la calle 26 hasta la 35, entre las carreras 1b y 6ta. “Alrededor de 40 cuadras”, en donde muchos habitantes llevados hasta el límite han tenido que abandonar temporalmente sus hogares los fines de semana o incluso a mudarse de manera definitiva. 

García insiste en que en la Comuna del Río, incluso las familias han sufrido afectaciones en la salud. Desde casos de mujeres enfermas que ven quebrantos de salud por falta de sueño, hasta niños con bajo rendimiento académico por quedarse dormidos en clases. Además, las personas han sentido una depreciación en el valor de las propiedades debido al ruido constante.

Jessica Arcila, residente de la comuna del Río desde hace más de 14 años, compartió con LA PATRIA que el ruido no es exclusivo de los fines de semana, sino que también sucede lunes o martes. 

“El ruido que llega de La Badea, de las discotecas es imponente y constante. Todo el ruido que llega de las discotecas cae directamente hasta acá y además no es un ruido pequeñito, pues que esté por allá como un eco, es un ruido imponente sobre todo cuando la jornada del día acaba. Como a partir de las 10 de la noche. Además no es solamente los fines de semana que uno pensaría que fuese juez viernes y sábado sino que un lunes después de las 11 de la noche se escucha. Entonces es un ruido permanente”

La problemática no se limita al ámbito urbano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido tiene efectos graves en la salud, como estrés, insomnio y ansiedad, y también impacta a los ecosistemas, alterando el comportamiento de flora y fauna.

A pesar de los desafíos culturales y sociales, la Ley contra el Ruido busca ser un punto de partida para un cambio estructural en la convivencia urbana y rural del país. "El problema del ruido no es trivial; es una crisis de salud pública que afecta profundamente nuestra calidad de vida", afirmó el representante Alejandro García.

La aprobación de esta ley es el resultado de un proceso participativo que incluyó a la academia, el sector privado y las comunidades afectadas. "Es una crisis de salud pública que afecta profundamente a nuestras comunidades. Esta ley representa una respuesta concreta a años de quejas y conflictos generados por el ruido", afirmó el representante Alejandro García.

El reto de implementar la ley

Jessica resume el desafío que enfrenta esta normativa: “Aunque las leyes son un avance, el problema está en nuestra cultura. La gente se resigna o ignora las regulaciones. Necesitamos un cambio más profundo para que el ruido deje de ser parte de nuestra normalidad”.

García coincidió, explicando que los controles deben ser legales y sociales: “Hay que educar para fomentar el respeto por los demás, pero también necesitamos medidas coercitivas para quienes no cumplen. La experiencia con las leyes de tránsito nos demuestra que estas normas pueden transformar comportamientos”.

Avances locales y retos

En Pereira, la Alcaldía ha creado una mesa de trabajo junto a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) para abordar la problemática del ruido. Este espacio busca articular esfuerzos entre las entidades competentes y socializar las medidas que contempla la nueva ley.

Además, la Alcaldía de Dosquebradas se comprometió a adquirir sonómetros para medir el ruido y proceder con sanciones administrativas contra los infractores. “Esperamos que pronto estas acciones se materialicen, porque la comunidad no puede seguir esperando”, enfatizó García.

Un llamado a la acción

La Ley contra el Ruido es un paso importante, pero su éxito dependerá del compromiso de las autoridades locales y la implementación efectiva de las medidas. Los habitantes de la Comuna del Río, junto con otras zonas afectadas del país, esperan que esta normativa marque el inicio de un cambio que les devuelva la tranquilidad y mejore su calidad de vida.

“Esta ley no solo trata de regular el ruido, sino de garantizar el bienestar, la salud y la convivencia en nuestras comunidades”, concluyó el representante García.

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