LA PATRIA | MANIZALES

Carlos Eduardo Llanero es uno de los dos administradores del Lavautos Chips El Trébol, ubicado en la avenida Kevin Ángel de Manizales, a un lado del Centro de Diagnóstico Automotor de Caldas.

Entre sus compañeros de trabajo y clientes es conocido como el Llanero y lamentan el accidente que sufrió en la tarde de este miércoles (29 de enero) luego de electrocutarse por la caída de un cable de alta tensión de, por lo menos, 3 mil voltios.

Llegó a Manizales procedente de Venezuela y es poco lo que sus compañeros saben de su vida personal. Juan Carlos Rivera es el otro administrador del lugar y estaba con él cuando ocurrió el suceso.

Recuerda que venía caminado con el Llanero por el andén cuando escuchó una explosión. "El compañero venía un poquito más adelante, sentimos una explosión, él volteó a mirar, le cayó un cable en el hombro, vi cuando dio la vuelta y cayó al piso. Me arrimé y tenía el cable pegado al cuerpo. No estaba mojado, venía completamente seco".

Añadió que no habían personas manipulando el cableado del poste y que por ahora lo que saben es que está recuperando la conciencia. "Al menos preguntó ya dónde está. Entonces, a la mano de Dios que se recupere".

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Buen trabajador

Según testigos, el Llanero, de 37 años, fue auxiliado por sus compañeros, en especial por un lavador de autos quien con un palo retiró el cable de su cuerpo mientras llegaba una ambulancia a socorrerlo.

Germán Pérez, conductor de un concesionario situado cerca al lavadero de carros y usuario del lugar, comentó que constantemente visita el sitio para realizar el lavado de los vehículos que están a su cargo. "El Llanero es una persona con la cual trato todos los días por razones de mi trabajo. Es juicioso, dedicado a su trabajo, lleva mucho tiempo aquí y lo molestamos, le decimos el Llanero, el llanerito y todo el mundo lo quiere, le tiene gran afecto, es una gran persona".

Evocó que el día del accidente estaba saliendo de la empresa cuando escuchó un estruendo y pensó que se trataba de una pelea, pero al ver el tumulto de gente y una persona en el suelo se acercó sin saber que era el Llanero. "Nos da tristeza el estado en el que está y le pedimos a Dios que se recupere y que quede bien porque es una gran persona".

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Buen jefe y supervisor

Anabel Antonieta Adrián Arrais trabaja en el Lavautos y describió a el Llanero como una persona jocosa, buen jefe, supervisor y con talento en cuanto al área en la que se desempeña. Asimismo, dijo que se encargaba de arreglar los compresores, las máquinas, las aspiradoras.

"Particularmente puedo decir que me enseñó mucho. Es primera la vez que trabajo en un lavadero y antes de venir aquí trabajaba en otro autolavado de los mismos dueños. Sin embargo, cuando llegué era un desastre hasta que él tomó las riendas de mi trabajo y me enseñó cómo hacerlo. En un principio era un poco duro y hasta mal me caía no porque me corregía, sino por la forma en que lo hacía. No obstante, es paisano mío, somos venezolanos y a él le debo haber aprendido todo lo que sé y el hecho de que ahora sea tremenda lavadora de carro se lo debo a él".

Agregó que en una ocasión el Llanero le comentó que se sentía a gusto viviendo en Manizales, en el país porque llevaba varios años radicado y que incluso no tenía pensado regresar a Venezuela, porque ya tenía una vida hecha.

"Es una persona muy especial, de todo sacaba un chiste, hiperquinético lo describiría yo, no se sentaba un segundo, andaba de allá para acá y de aquí para allá, pendiente de los carros, de la gente, del trabajo y de cada detalle".

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