La Granja Tesorito de la Universidad de Caldas funciona en el Parque Industrial Juanchito, y su otra sede, Montelindo, funciona en la vereda Santágueda, en Palestina.

Foto | Archivo | LA PATRIA

La Granja Tesorito de la Universidad de Caldas funciona en el Parque Industrial Juanchito, y su otra sede, Montelindo, funciona en la vereda Santágueda, en Palestina.

LA PATRIA | MANIZALES

Una fuente anónima dentro de la Granja Montelindo, de la Universidad de Caldas en la vereda Santágueda de Palestina, denunció supuestas irregularidades que afectan el ambiente laboral. Asegura que prefiere mantener su anonimato por temor a represalias.

Según su testimonio, se presentan casos de acoso laboral, malos tratos y una deficiente contratación. Añade: "La mala contratación es generalizada. Los despidos son injustificados y se hacen sin ningún tipo de consideración hacia los trabajadores".

 

Respuesta

LA PATRIA habló con Henry Mesa, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad:

La Universidad de Caldas ha tercerizado el servicio de sus granjas agropecuarias durante casi dos décadas ¿Puede explicar cómo ha funcionado este proceso?

Durante aproximadamente 20 años, la Universidad tercerizó varios servicios, incluyendo aseo, cedularía, transporte, apoyo a estudiantes, y, crucialmente, la mano de obra en las granjas. Durante 17 o 18 de esos años, la misma empresa se encargó de todo.

Este año, sin embargo, el proceso de licitación tuvo un resultado inusual. ¿Qué ocurrió?

Por primera vez en muchos años, otras empresas participaron en la licitación. Sin embargo, el proceso se declaró desierto. La empresa que históricamente había ganado el contrato cometió errores al modificar documentos, y también se detectaron errores administrativos. Cuando nuestro equipo realizó la evaluación de los licitantes, el contrato se adjudicó a otra empresa.

La empresa que no resultó seleccionada presentó denuncias. ¿Cómo se manejó esta situación?

Sí, la empresa que no ganó presentó denuncias y demandas que consideraron pertinentes. La Oficina de Contratación les dio respuesta formal y legal a todas sus inquietudes.

¿Cuál fue el rol de la Facultad que usted representa en todo este proceso?

Nuestra participación se limitó a solicitar el contrato. La Oficina de Contratación se encargó de todo el proceso: pliegos, evaluaciones y comunicaciones.

En relación con contratación de personal externo, ¿cómo manejan ustedes la interacción formal con la empresa proveedora de mano de obra tercerizada?

Somos muy cuidadosos en este aspecto. La única persona autorizada para interactuar formalmente con la empresa y solicitar servicios es el supervisor del contrato, que en este caso es el director del sistema de granjas. Él forma parte de mi equipo, pero el que se encarga directamente de esta parte es el director de grandes.

¿Cómo es lo de las políticas de contratación y despido de la empresa?

La empresa, que insisto es una empresa privada contratista, tiene sus propias políticas de vinculación y desvinculación. Cuando los trabajadores llegaron a las granjas, se les dio un periodo de prueba. La mayoría, aunque no todos, continuaron trabajando con la empresa. Los que no superaron el periodo de prueba fueron reemplazados. Durante estos periodos de prueba, la empresa, utilizando los procedimientos legales pertinentes, decide quién se queda y quién no, basándose en las decisiones que toma la facultad.

¿Cree usted que la denuncia proviene de la decisión de no renovar el contrato a uno de los trabajadores?

Entre esos trabajadores, supongo que de ahí proviene la denuncia. Uno de ellos era muy apreciado por un grupo de profesores y, insisto, por razones ajenas a la facultad, la empresa decidió no renovar su contrato. Algunos profesores se manifestaron formalmente ante la decanatura solicitando que se mantuviera el contrato. Mi respuesta formal, coherente con lo que les digo, fue que la facultad no interviene en los procesos de contratación.

¿Y qué respuesta recibió de los profesores y estudiantes inconformes?

De hecho, pregunté a esos profesores y a algunos estudiantes inconformes si algún proceso académico o técnico se había visto afectado directamente por la relación contractual entre la empresa y sus trabajadores. La respuesta fue rotundamente negativa, y quiero insistir en ello.

¿La facultad no tiene nada que decir al respecto?

Ninguna práctica académica ni proceso técnico se ha visto afectado por la relación entre la empresa y sus trabajadores. Por lo tanto, la facultad, a través de su supervisor, no tiene nada que decir al respecto; de lo contrario, sería peligroso. Ahora bien, ¿qué sucede? Según la comunicación de algunos profesores, ese trabajador es muy valioso para ellos porque los apoya en investigación, proyección, redacción de artículos e incluso en docencia.

Mi respuesta formal fue que quienes están contratados para docencia, investigación o proyección son los docentes, no los trabajadores. "Los trabajadores se dedican exclusivamente a las labores en la granja. Si se considera que algún trabajador es esencial para los procesos, se debe seguir el procedimiento habitual para los profesores: elaborar un proyecto de investigación, conseguir financiación (incluyendo la mano de obra) y justificar la necesidad de dicho trabajador dentro del presupuesto asignado a las labores culturales y productivas de las granjas. El presupuesto para estas labores no está destinado a cubrir funciones de investigación y proyección".

Se ha alegado que hay despidos injustificados. ¿Qué puede decir al respecto?

No hay ningún despido injustificado. Simplemente, la empresa hace uso de las herramientas legales para no renovar el contrato de un trabajador al finalizar su período contractual. Las acusaciones de malos tratos son infundadas.

¿Qué procedimiento se sigue para gestionar denuncias o quejas concretas de malos tratos o despidos?

Si existe una denuncia o queja concreta, debe presentarse por los canales correspondientes. Insisto en que la facultad no gestiona directamente la mano de obra del sistema de granjas. Formalmente puedo afirmar que, ni a la decanatura ni a la dirección del sistema de granjas, ha llegado ninguna queja relacionada con la forma en que la empresa se relaciona con algún trabajador. "La facultad no conoce, ni ha intervenido en ninguna discusión que tenga que ver con malos tratos o malos manejos".

 


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