Foto | EFE | LAPATRIA
Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia de los soldados e indígenas que apoyan la búsqueda de los cuatro niños perdidos en la selva tras un accidente aéreo, en Guaviare (Colombia). La familia de los niños perdidos pidió que las labores de búsqueda prosigan y no aflojen hasta que no les hayan encontrado.
EFE | LAPATRIA San José del Guaviare
Casi un centenar de indígenas que conocen bien la selva unirán sus conocimientos y su ayuda a la búsqueda de los cuatro hermanos menores perdidos desde hace 22 días tras un accidente aéreo en el sur de Colombia, donde fallecieron también tres adultos.
A primera hora de ayer salió un grupo de 10 indígenas nukak, pobladores originales de la zona selvática, acompañando a las fuerzas militares, con el fin de revisar la zona donde se estrelló el avión Cessna 206 el pasado 1 de mayo, cuando realizaba la ruta desde el resguardo indígena de Araracuara y San José del Guaviare.
Sin embargo, se espera que se suman más hasta llegar a los 85 indígenas que tienen experiencia en la selva y en la búsqueda de personas que se pierden, explicó la directora de la Unidad de Víctimas, Patricia Tobón, en San José del Guaviare, desde donde se está dirigiendo la búsqueda y se realizó un ritual antes de que los grupos subieran al helicóptero.
"La selva no es fácil, en la selva no todo el mundo puede habitar, pero los pueblos indígenas tienen conocimiento y esto puede ayudar a que la operación de rescate sea mucho más efectiva", dijo Tobón, quien explicó que ahora mismo son los mejores para ayudar a seguir los indicios que se han encontrado sobre el paradero de los cuatro niños.
Conocimiento
Las misiones de indígenas acompañarán a los 150 integrantes de la fuerza pública, que siguen avanzando con tecnología por aire y tierra, pero donde los indígenas aportan sus conocimientos ancestrales del territorio y tradiciones espirituales y también pueden mediar con las comunidades no contactadas en esta vasta selva.
"Es un territorio donde hay pueblos indígenas no contactados. Es la zona de conservación del Chiribiquete, que es una selva que sigue siendo una selva virgen", explicó Tobón, que no descarta que precisamente los niños puedan haber llegado a alguna de estas remotas comunidades nukak.
Así se refuerza la llamada "Operación Esperanza" que busca ubicar lo más pronto posible a los cuatro menores, según las Fuerzas Militares, que no quieren descansar hasta ubicar a los menores.
La Aeronave
La Aeronáutica Civil (Aerocivil), que coordina las misiones de búsqueda junto a las Fuerzas Militares, informó también que tres investigadores ya han estado en la zona del accidente. El avión, de la compañía de vuelos privados Avianline Charter's, ya había sufrido un accidente en el pasado, cuando fungía de avión-ambulancia.
"Hay claridad que la aeronave no fue manipulada", dijo a medios en San José del Guaviare el director de Aerocivil, Sergio París, quien considera que el piloto, fallecido en el accidente, "hizo una operación de arborizaje perfecta".
"La aeronave no fue manipulada y eso es una certeza que será dada en la medida que la investigación avance", apuntó París.
Campamento de las Farc
Las fuerzas militares revelaron el sábado que encontraron un campamento abandonado de las disidencias de las Farc a menos de tres kilómetros de donde se accidentó un avión el pasado 1 de mayo en la selva del sur de Colombia, pero que ven "nula" la posibilidad de que este grupo armado ilegal tenga a los cuatro niños que sobrevivieron. "Encontramos un campamento a 2,8 kilómetros de donde se accidentó la aeronave. Mantenemos toda la alerta, pero con los mecanismos de inteligencia monitoreamos qué puede estar pasando", aseguró el comandante de las operaciones especiales de las Fuerzas Militares, el general Pedro Sánchez.
Los desaparecidos
Lesly Mukutuy, de 11 años; Soleiny Mukutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mukutuy, de 4 años, y el bebé de 11 meses Cristin Neruman Ranoque están desde el pasado 1 de mayo perdidos en esta vasta y selva virgen, por lo que los equipos de rescate intensificaron las labores de búsqueda. Los cuerpos que encontraron son los de los tres adultos que viajaban con ellos: su mamá, Magdalena Mukutuy; el líder indígena Hermán Mendoza y el piloto de la aeronave, Hernando Murcia.