Foto | EFE | LA PATRIA Francia Márquez (der.) y Alvaro Leyva Duran (izd.)
La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, dijo este miércoles en Naciones Unidas que el artefacto explosivo hallado ayer cerca de su residencia familiar "buscaba socavar los esfuerzos de paz y justicia y social" de su Gobierno.
Sin embargo, y pese a ser preguntada insistentemente por los periodistas durante una rueda de prensa, se negó a "hacer especulaciones" sobre los posibles autores, poniendo el caso en manos de la Fiscalía de la nación, "ente investigador (para que) esclarezca los hechos".
"No puedo negar que es un atentado contra mi persona porque yo iba a pasar por ahí, o contra algún miembro de mi comunidad que de manera frecuente transite por esa vía", en una vereda de Yolombó, del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca.
Dijo que es cierto que en el pasado ella fue "víctima de muchas violencias", pero añadió que no solo fue ella, sino que "muchos colombianos y colombianas y activistas" también lo fueron.
Márquez intervino esta tarde ante el Consejo de Seguridad de la ONU para defender el proceso de paz que lidera su Gobierno, primero con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y ahora abierto a numerosos grupos armados.
La vicepresidenta recibió la solidaridad de prácticamente todos los miembros del Consejo por el atentado fallido, además de su apoyo al proceso de paz, que es uno de los pocos temas que en Naciones Unidas suscitan un apoyo todavía unánime entre todos los países, incluidos Rusia y China, habitualmente opuestos a los países occidentales en casi todos los conflictos del mundo.
La ahora vicepresidenta tuvo que salir huyendo de Suárez en 2014 después de recibir una llamada en la que amenazaron con que era hora de "ajustar cuentas" por su activismo y labor de denuncia, especialmente contra los estragos de la minería en su territorio natal.
Pero los atentados y amenazas no acabaron cuando dejó Suárez, sino que aumentaron cuando entró en la carrera política. Antes de la segunda vuelta de las elecciones, en un acto de cierre de campaña, el equipo de seguridad de Márquez la tuvo que bajar del escenario después de que un láser verde la apuntara mientras daba un discurso.
Además de las amenazas, la vicepresidenta también ha sufrido insultos y calificativos racistas por ser la primera mujer y la primera afrodescendiente en ser la número dos del Ejecutivo de Colombia.