La carrera presidencial de 2026 en Colombia se perfila como una contienda marcada por la presencia de figuras inesperadas, en medio de un contexto de polarización y cuestionamientos al liderazgo político tradicional. Los anuncios ayer de Vicky Dávila, directora de la revista Semana; Pierre Onzaga, activista crítico del Gobierno de Gustavo Petro; y Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE y concejal de Bogotá, han causado revuelo en el ámbito político, abriendo el debate sobre el impacto de sus aspiraciones en un país que enfrenta retos significativos en términos de gobernabilidad y confianza en las instituciones.
El anuncio de la candidatura de Vicky Dávila, quien dirige la revista Semana, revelado por el periodista Ricardo Ospina de Blu Radio, confirma el salto de Dávila de los medios a la política, una movida que ya se había anunciado, aunque ella lo negara y atacara a quienes se atrevían a revelar su interés en llegar a la Casa de Nariño.
La periodista, de 51 años, ha sido una de las voces más críticas contra Petro y su administración, y se ha enfrentado también a políticos de la derecha, quienes podrían convertirse en sus rivales en esta contienda.
Dávila se lanza como una outsider de la política, sin experiencia previa en cargos públicos. La periodista ha utilizado Semana como una plataforma para proyectarse políticamente y, según críticos, desgastar la imagen del periodismo, de Petro y sus aliados.
Su candidatura sería por firmas y se presenta como una outsider para confrontar a las élites políticas desde fuera del sistema, aunque Dávila está casada con José Amiro Gnecco, hermano del congresista José Alfredo Gnecco, parte del clan político más poderoso del Cesar, que carga con escándalos de corrupción y parapolítica. Desde hace 13 años controla la Gobernación del Cesar, y una de sus figuras más visibles, el exgobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco, fue condenado por corrupción en el plan de alimentación escolar de los niños. Su madre y jefa del clan, Cielo Gnecco, es investigada por homicidio.
Otros aspirantes
Pierre Onzaga, reconocido activista y opositor del Gobierno de Petro, es otra de las sorpresas en el panorama presidencial. Onzaga ha ganado visibilidad al promover un juicio político contra Petro, basándose en acusaciones de haber superado los topes de gasto durante la campaña presidencial de 2022. Su discurso ha resonado entre sectores críticos de la administración actual, y sus esfuerzos por movilizar a la ciudadanía a través de marchas y plataformas digitales lo han convertido en un referente de la oposición en la redes sociales.
La aspiración de Juan Daniel Oviedo, quien dirigió el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), añade un componente de tecnocracia en la carrera presidencial. Con una trayectoria enfocada en la transparencia y precisión estadística, Oviedo aspira a construir una plataforma sólida de políticas basadas en evidencia, apelando a aquellos votantes que prefieren un enfoque menos polarizante y más pragmático. Su experiencia administrativa podría ser un elemento diferenciador en una contienda caracterizada por posiciones extremas.
Oviedo ha dejado claro que sus propuestas girarán en torno a la gestión eficiente del Estado, buscando alejarse de la retórica confrontativa y atraer a votantes que valoran la continuidad de políticas técnicas y bien fundamentadas.
La entrada de estos tres candidatos es un reflejo de la creciente fragmentación del espectro político colombiano, en el cual la búsqueda de nuevas voces y propuestas puede derivar en una dispersión del voto. Esta multiplicidad de opciones también evidencia un descontento generalizado con la política tradicional, y muestra cómo candidatos de diversos orígenes, como el periodismo y el activismo, han decidido aventurarse en la arena política en busca de captar el apoyo de una población cada vez más desencantada.
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