DÉCIMO TERCER ANIVERSARIO
INGENIERO ROBINSON CARDONA OSPINA
Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir. Es mirar sin ver. Hablar con desdén. Sonreir vacío por dentro. Duelen los sueños, dueles las lágrimas caidas y el llanto ahogado. La muerte de un hijo te mata lentamente, es el castigo menos pensado y la sorpresa más dura del mundo.