La elección de Claudia Sheimbaum en México
Señor director: 

La científica educada en EE.UU. y devenida política en el partido izquierdista Morena, Claudia Sheimbaum, de 62 años, exalcaldesa de ciudad de México, ganó las elecciones presidenciales del 2 de junio rompiendo las barreras machistas en un país históricamente autoconocido como ”muy macho”, y con altos registros de violencia contra la mujer. Sheimbaum ganó con el 58% del voto, en tanto que Xóchitl Gálvez Ruiz, una empresaria, logró el 30%. Jorge Álvarez Máynez, un miembro del Congreso, resultó tercero.
Sheimbaum es la primera persona de ancestro judío que llega a la Presidencia en un país de mayoría católica. En su aceptación Sheimbaum destacó que en los 200 años de esa república, ella era la primera mujer presidente, y que su victoria era de todas las mujeres: “todas hemos llegado, dijo.” Las mujeres en México no podían votar antes de 1954. Su triunfo es también el de muchos políticos mexicanos que pugnaron por años tras la igualdad de género, en los que la política era esencialmente masculina. La reforma constitucional de 2019 instauró cuotas en pos de la igualdad de género en los puestos federales, estatales y municipales sujetos a elección. Hoy, más de la mitad de los miembros electos del Congreso mexicano son mujeres, y una mujer dirige la Corte Suprema de Justicia. 
Manuel López Obrador “AMLO” cabila durante su gestión como alcalde de Ciudad de México, para luego fraguar Morena en el 2011, que desde entonces ha crecido y está siendo comparado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que domina México autocráticamente en el siglo XX. AMLO ha tenido seis años de presidencia controversial. Su gentío de apoyo dice que ha erradicado la pobreza de millones de mexicanos. Sus críticos lo acusan de ignorar las normas democráticas, y de haber fracasado en la lucha contra el crimen organizado.
En febrero de este año miles de mexicanos protestaron contra AMLO y su partido Morena en una concurrida Marcha por la democracia. En mayo se pregona que la realidad mexicana del momento era de “balas en vez de votos” porque docenas de candidatos mexicanos iban siendo asesinados por malhechores de los carteles de la droga que buscan controles de toda índole
no solamente en México. Y las balas de muerte no cesan. López Obrador siempre ha procurado anular toda oposición política, reformar a su gusto la Suprema Corte de Justicia, reducir el número de representantes del poder legislativo y reformar el Instituto Electoral, lo que significa un inmenso deterioro de la democracia en México. 
Se afirma que ésta debería depender de los contrapesos y balanceos de opinión, y de aprender a escuchar a otros. Ahora, cómo Sheimbaum hará para reducir las divisiones que permanecen en la gestión de López Obrador es una cuestión que reclama atención inmediata. Y, en tanto que éste ha prometido retirarse de la política, muchos dudan de que lo haga porque nunca supo
otra cosa. Recordemos que AMLO dio asilo político a los bolivianos izquierdistas Álvaro García Linera y Evo Morales cuando estos huyeron a México, y cobijó en la embajada de México recientemente en Quito a un mentado delincuente izquierdista. Los expresidentes Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández y Evo Morales estuvieron en la toma del mando mexicano de Claudia Sheimbaum.
Jorge V. Ordenes-Lavadenz

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