Lo bonito y lo feo de Manizales
Señor director:
Me voy encantada con la calidez de la gente manizaleña, su idiosincrasia, gastronomía y ganas de gozar la vida; sin embargo, deberían hacer algo más estricto con respecto al grafiti, no es arte, se ve toda la ciudad completamente rayada y desentona con todo lo bonito que tiene la Ciudad de las Puertas abiertas!
Turista.
Una arboleda bellísima, pero...
Señor director:
En Chipre, exactamente por la calle 9 con carrera 8, hay una bella arboleda que vale la pena contemplar, no solo por quienes aman la naturaleza sino por aquellos que adoran el verde de nuestras montañas y los paisajes campesinos. Lo que pasa es que el pero no podía faltar, porque este hermoso lugar ha sido convertido en el parque de los perros y su consiguiente depósito de inmundicias. Claro que hay una que otra persona que carga la bolsita para echar los excrementos, aunque la mayoría no. ¿Eso qué es?, falta de buenos modales y de cultura ciudadana. Como dije atrás, en esa tupida arboleda no se ve un niño, un adulto mayor, sino los amos con sus mascotas porque los olores son nauseabundos. ¿Será que a este asunto le podremos dar alguna solución?
Bernardo Molina Marulanda.
La esencia de un estadista
Señor director:
Todos los gestores y administradores de lo público -de lo que es de todos- deben actuar en sus puestos y desempeños sin ánimo de vindicta contra nadie, debiendo además ser amigos fieles del buen trato con las administraciones públicas que les antecedieron, porque ningún plan de desarrollo se debe hacer con esos cimientos de odios, propios de desubicados y altaneros.
Es de recordar aquí la esencia vital de un estadista: Carlos E. Restrepo Restrepo, que cuando llegó a la presidencia expresó: “Ahora no pertenezco a ningún partido”, queriendo decir con ello que era el mandatario de todos los colombianos. “El sentido de partido es muchas veces ausencia de patriotismo, que lleva a odios de secta”.
Que grato poder decir que el expresidente Duque fue amigo fiel en su mandato de esa sentencia. Él sabe muy bien que a Colombia no la debemos seguir polarizando “entre un tinto y una cocacola”. Colombia no es una simple cosa que se manosea: le da cobijo a más de doce millones de familias, a las que los políticos de todos los colores y pelambres ideológicos deben tratar con sumo respeto. “El sentido de partido es muchas veces ausencia de patriotismo, que lleva a odios de secta”.
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Es desafortunado que en Colombia todo el que es político se crea un estadista. "Tenemos muchos exagerados”.
Rogelio Vallejo Obando