Absolutamente repugnante es el mundo que rodea al presidente Petro. Su actuar y proceder lo sitúan como una persona con trastorno de personalidad antisocial, cuyas principales manifestaciones son la mentira, el engaño, el comportamiento impulsivo y el quebrantamiento de las normas que rigen a la sociedad. Es una enfermedad de la salud mental en la cual las persona no muestran discernimiento entre el bien y el mal e ignoran los sentimientos y derechos de los demás, mostrándose autoritarias y manipuladoras, además de ser extremadamente obstinadas con un elevado sentido de superioridad que los hace proclives a las conductas delictivas. Esa es exactamente la personalidad del presidente Petro, que lo proyecta como un verdadero sociópata en el sentido estricto de la palabra, ofendiéndole, quién lo creyera, dadas sus condiciones de liderazgo, la gente que lo rodea. Son narcisistas por naturaleza y violentos desadaptados sociales. La mirada luce penetrante, porque los ojos no sonríen, solo dejan traslucir el engaño y la mentira propias del mundo en que viven y en el que su desmedida arrogancia solo ve mediocridad a su alrededor. Confirma lo anterior, el tercer remezón de su gabinete, ejecutado en dos años de mandato, el primero, ocurrido el 27 de febrero de 2023, cuando sacó, entre otros, a Alejandro Gaviria de la cartera de Educación; el segundo, el 26 de abril de 2023, cuando por la puerta de atrás, sin siquiera avisarles, solo enterados por la prensa, sacó a José Antonio Ocampo y Cecilia López
Y el tercero lo anunció desde Suecia, el pasado 14 de junio, concretando su primer despido el pasado 29 de junio, con la salida de Luis Fernando Velasco, sumando a hoy 39 ministros y 58 viceministros en la mitad de su mandato. Nombrado a Juan Fernando Cristo como nuevo ministro del Interior, de él dijo que deberá realizar los contactos necesarios para que se concrete el poder constituyente. Velasco, el despedido, fue enfático desde un comienzo cuando Petro anunció al país sobre la convocatoria de una asamblea constituyente, que esta se haría vía Congreso. Como Petro no acostumbra a dialogar con sus inmediatos colaboradores, a quien no vea aplaudiendo sus iniciativas, simplemente lo despacha, sin siquiera tener la decencia de advertirle. Que se entere por la prensa y punto.
La sociopatía es el subgénero más amplio del Trastorno de la Personalidad Antisocial, que generalmente surge de las carencias en el desarrollo moral y afectivo. El sociópata es el producto fallido de una educación negligente y sin disciplina, con tendencias genéticas también desviadas que siguen la cadena familiar, caso Nicolás Petro, de quién su padre, el presidente, dijo no haberlo criado. Como nada les importa a los sociópatas así encarnen la majestad de la República, tranquilo y despreocupado se le vio en un video en las calles del Casco Antiguo del Centro Histórico de Panamá, caminando de la mano con quien parece ser Linda Yepes, presentadora trans de nuestra televisión, video en el que se ve a un hombre con un inmenso parecido al mandatario colombiano, quien se encontraba asistiendo a la investidura del presidente José Raúl Mulino.
El presidente Petro le respondió a Agustín Antonetti, de la Fundación Internacional para la Libertad, quien le escribió: “Nos cruzamos hace unos días en Panamá y recuerdo que gritabas “¡Mételo Yepes, mételo! No sé qué partido estabas viendo, pero qué buenos recuerdos trae la Selección. Saludos”. Este mensaje se lo escribió luego de que Petro escribiera un mensaje felicitando a la Selección Colombia, después de su clasificación a la siguiente ronda de la Copa América 2024. El mensaje de respuesta de Petro fue el siguiente: “Siempre he considerado que la intimidad es la última ratio de la libertad, la última trinchera del ser libre, y conservaré este principio hasta que escriba de mí mismo o muera”. Al referirse a la posibilidad de que la mujer que aparece en el video sea trans, escribió: “Estos miles de mensajes transfóbicos que han estallado en manos de una derecha profundamente excluyente, ignorante y discriminatoria, deben ser rechazados por el presidente”.
Si es el presidente el que aparece en el video, independiente de su preferencia sexual, su protagonismo es en extremo repudiable. Su condición al país no debe importarle, su comportamiento sí. Respete a Colombia y el alto cargo que representa. De comprobarse, sería otro motivo más para ser declarado indigno como presidente, procediendo el Senado, previa acusación de la Cámara, a despojarlo de su dignidad.