Reinicio mis crónicas deseando a los directivos de LA PATRIA, a sus periodistas y colaboradores y a los lectores un año nuevo pleno de prosperidad, salud y excelentes realizaciones.
Quiero hoy dar a conocer unos datos curiosos de la Segunda Guerra Mundial que tienen que ver con Colombia. En 1942 ocurrieron en África las dos batallas de El Alamein. En ambas intervino por el lado alemán el mariscal Rommel. Por el lado inglés en la primera batalla intervino el general Claude Auchinleck. En la segunda batalla dirigió las tropas inglesas el mariscal Montgomery. Ambos, Rommel y Montgomery, son los famosos Zorros del Desierto. Las batallas se decidieron a favor de los aliados porque Hitler ocupado con la guerra en el frente europeo abandonó a Rommel a su suerte y no le envió los armamentos que necesitaba.
El mariscal Rommel enfermó víctima de un raro virus y sus médicos no daban con la causa del mal. Estaba a la sazón en El Cairo el médico y biólogo colombiano César Uribe Piedrahita quien acudió a socorrer al mariscal alemán y lo curó de su enfermedad. Rommel, agradecido, le regaló su espada, que está hoy en poder de su pariente el médico Carlos Uribe, el traumatólogo que introdujo a Colombia la artroscopia de rodilla, especialidad en la que es famoso. César Uribe, es bueno recordarlo ahora, escribió la novela “Toá, relatos de caucherías” sobre los crímenes de la Casa Arana en el Amazonas, obra que ha sido relegada a segundo plano por La Vorágine. El médico Carlos Uribe es hoy, además, uno de los grandes orquidiólogos de Colombia.
Un hermano minero del mariscal Broz Tito vino a Colombia a buscar oro en Santander y allí vivió varios años una de sus nietas, que era por lo tanto sobrina nieta del famoso mariscal yugoslavo, enemigo de Hitler. En Orocué, Casanare, ¡quién lo creyera! hubo un consulado nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Orocué significa oro y cuero. De allí salía oro para las arcas de Hitler y también las plumas para las bailarinas del Moulin Rouge de París. Jorge Londoño, el empresario hotelero y filántropo ambientalista que está salvando los cocodrilos del Orinoco posee el escritorio del consulado de marras y yo tengo la foto que tomé a la cruz gamada de la abandonada oficina.
Colombia declaró la guerra a la Alemania de Hitler porque un submarino alemán había hundido una goleta colombiana en aguas de Providencia en 1943. Los Estados Unidos había publicado en 1941 una famosa “Lista Negra” con 1.800 nombres de personas y entidades de Latinoamérica que favorecían a las potencias del eje.
Por ello entre 1944 y 1945 Colombia estableció un campo de concentración en Fusagasugá para encerrar a dichos ciudadanos. A diferencia de los campos de concentración en los que torturaron y asesinaron a los judíos en Europa, en este campo de Fusagasugá, que funcionaba en el hotel Sabaneta, no se trató mal a los prisioneros. Simplemente se los tenía encerrados y se los obligaba, eso sí, a pagar los gastos. Por ello al ser liberados muchos de ellos quedaron en la ruina.
Entre los prisioneros había 100 alemanes y 11 japoneses, además de algunos italianos. Como cosa curiosa la historia narra que los alemanes y los japoneses encerrados no se llevaban bien. Los prisioneros se dedicaban a jugar cartas, a escribir, a leer y algunos a hacer artesanías. El gobierno los liberó en 1945 y el hotel Sabaneta, que en su tiempo de funcionamiento como tal fue famoso, hoy se encuentra en la ruina total.