Indignación es la palabra más indicada para describir lo que me produce la letra de la canción que hace poco lanzaron un grupo de famosos reguetoneros colombianos, que para colmo y como si fuera un homenaje, le pusieron como título el indicativo que se usa para llamar a nuestro país. Si la exaltación de la mujer colombiana es que es culona, borracha y está muy buena, estamos muy mal, además de la apología que hace el tema al consumo de marihuana, pepas y otras drogas ilícitas. Sin contar con que la protagonista de la primera versión que lanzaron es una niña de 14 años. Y palabras más, palabras menos, la letra dice que la niña en cuestión se acuesta con el que tenga más plata: “la baby es mala, pero inteligente”, además de infiel.
Si se escuchan las declaraciones de dos de los cantantes que participaron en la canción, su voz denota el uso de narcóticos, además de que claramente les importa un carajo lo que la gente opine del tema. Esta gente no se mide en sus acciones, vive la vida con  total despreocupación y, lamentablemente, son los ídolos de la juventud de nuestro país, como en algún momento lo fueron los mafiosos.
No entiendo cómo Karol G dice que la letra de la canción fue malinterpretada, dudo mucho que un contenido tan explícito deje lugar a dobles interpretaciones. Pero qué se puede esperar de un país en el que un gobernador exalta a Maluma como si fuera el gran representante de “la poesía urbana”.
En otra parte de la canción se habla del “fierro”, clara alusión al fenómeno del sicariato, que marcó por décadas a Medellín y su narcocultura. Qué pensará un extranjero que quiera venir a Colombia a pasarla rico; que aquí todas las mujeres nos vendemos al mejor postor, al que tenga más plata, droga y proponga la mejor rumba. Por eso en ciudades como Medellín, Cartagena y muchas otras del país, el turismo sexual es cada vez más frecuente, pero lo que no piensan los irresponsables que hicieron esta canción, es que están promoviendo la explotación sexual de las niñas, niños y adolescentes de nuestro país; que están normalizando el trago, la droga y el sexo entre los niños y jóvenes que cantan sus canciones, que están promoviendo los antivalores, como la infidelidad, la mentira, el engaño, la promiscuidad sexual, entre otras. Pero seguramente ese es el mundo en el que viven nuestros falsos ídolos.
Eso sí, esta canción ha servido para que nuevamente Colombia ocupe espacio en los periódicos y revistas más importantes del mundo, desde la BBC, el periódico el País de España, hasta la revista Rolling Stones se han encargado de comentar y criticar la letra de esta canción. Para mí el reguetón no es un género musical, es la degeneración de una cultura que va por muy mal camino, en los tiempos bíblicos sería la representación de Sodoma y Gomorra, espero que estos falsos ídolos también se derrumben por el bien y el futuro de nuestro país.