-¿Cuántas personas hay en el salón?, pregunta el conferencista. -Habemos dieciocho, le responde un asistente. 

La forma verbal ‘habemos’, primera persona del plural del presente de indicativo del verbo ‘haber’ (del latino ‘habere’, -‘tener, poseer’) en lugar de ‘hemos’, se emplea únicamente en ciertas oraciones, verbigracia, ‘todos sabemos con qué clase de sujetos nos las habemos’, es decir, ‘con quiénes tenemos que tratar’ o ‘proceder’.

La respuesta a la pregunta del conferencista debe ser ‘somos dieciocho’, si el que responde es uno de los asistentes; si no, ‘hay dieciocho’. 

Esta inflexión, ‘hay’ (tercera persona del singular del presente de indicativo), se emplea únicamente cuando significa ‘existencia’, y sólo en singular, ‘hay uno solo’, ‘hay tres’. 

La acepción de ‘tener’ de ‘haber’ es anticuada: queda solamente en la expresión ‘haber a la mano’ por ‘tener a la mano alguna cosa’, sin embargo, poco usada ya. 

Finalmente, a pesar de lo mucho que hay que decir de él, el oficio de este verbo es el de auxiliar, a saber, ser parte de los tiempos compuestos de los verbos: ‘hemos trabajado incansablemente’, ‘habrá visto todo lo que hay que ver’. ¡Haberlo dicho antes!

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De la siguiente manera coloquial escribió Alejandro Samper Arango en su Portal @demeuna sobre la vicepresidente Francia Márquez en su artículo “Se acabó ‘vivir sabroso’ ”: “...si no fuera porque ella tiene un cargo de elección popular, seguramente la sacaba de la vicepresidencia de la República… y ponía al impresentable de Armando Benedetti” (2/3/2025). 

Digo ‘coloquial’, porque ésa es la manera como se habla popularmente sin tener en cuenta las normas gramaticales. 

En la cita, su autor emplea incorrectamente el copretérito de indicativo de los verbos ‘sacar’ (‘sacaba’) y ‘poner’ (‘ponía’) en lugar de su antepospretérito o potencial compuesto (‘habría sacado’ y ‘habría puesto’). 

‘Incorrectamente’, pues se trata, no de un hecho pasado y continuo (‘la sacaba con frecuencia de la clase’), sino de algo que supuestamente habría sucedido si las condiciones para ello se hubiesen presentado.

La redacción castiza: “Si no fuera porque (...) la habría sacado de la vicepresidencia y habría puesto al impresentable...”. Es la gramática, siempre lógica.

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Los nombres comunes se escriben con minúscula inicial. Son nombres comunes, ‘papa, rey, presidente’, etc. También, ‘ley, decreto, artículo, reglamento’, etc. 

Pero es muy frecuente el empleo de la mayúscula inicial en estos nombres, como en las siguientes muestras: “El 133, modificado por el Acto Legislativo 1 de 2009...”. “...la Ley 5 de 19923 –que establece el Reglamento del Congreso...” (El Tiempo, José Gregorio Hernández Galindo, 1/3/2025). 

Otros botones: “... de la Resolución 1320 de 2000...”. “...y el impulso para lograr la Sentencia 055 de 2022” (Ibídem, Jineth Bedoya Lima, 6/3/2025). No hay ninguna razón que justifique el uso de esas mayúsculas en ‘acto legislativo’, ‘ley’, ‘reglamento’, ni en ‘resolución’ ni en ‘sentencia’.

La Ortografía de la lengua española (2010) presenta una excepción: “Se escriben asimismo con mayúscula inicial todos los elementos significativos del título de los textos de carácter legal o judicial (fueros, códigos, órdenes, leyes, decretos, etc.)”. Lo que no se aplica a un artículo periodístico.

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En la misma columna, Jineth Bedoya escribió: “...sencillamente porque todos y todas las personas...”. Esta frase puede tener tres interpretaciones: la primera, que el adjetivo ‘todos’ determina a individuos que no son ‘personas’; la segunda, que, cuando se habla de hombres, el sustantivo ‘personas’ debe ir acompañado por adjetivo y artículo masculinos (‘todos los personas’), y la tercera, la más lógica, que ese lenguaje, además de ‘farragoso, inútil y traicionero’, es ‘nocivo’, pues destruye la estructura gramatical de la oración.