Son para mí misterio insondable la acogida y veloz propagación entre los escritores de errores gramaticales, de locuciones innecesarias y de otros defectos de redacción. Como botones de muestra, la ‘subjuntivitis’ (‘pareciera que, como dijera, fundara’...); ‘más allá de’ (con significado diferente del de lugar), ‘a nivel de’, ‘por parte de, de parte de’ (inútiles); ‘tratarse de’ (con sujeto), etc. Hoy trataré el uso equivocado del sustantivo ‘narrativa’, de origen reciente. A alguno le dio por llamar ‘narrativa’ a cualquier expresión o palabra, a otro le encantó, la aparó al vuelo y la puso en circulación, comenzando así su imparable difusión. Lo demuestran los siguientes ejemplos: “...la narrativa de la DIAN es que el colapso en recaudo se debe al ciclo económico y que pronto se va a recuperar” (LA PATRIA, Simón Gaviria Muñoz, 11/6/2024).  “...nada más equivocado que la intención de algunas voces de pretender instalar la narrativa de que la extrema derecha ganó en Europa...” (El Tiempo, editorial 2, 11/6/2024). “Envejecer es un proceso de deterioro, y se acepta esta falsa narrativa” (LA PATRIA, Oasis, 15/6/20249. Los términos apropiados en estos ejemplos pueden ser los siguientes: en el primero, ‘explicación’; en el segundo, ‘interpretación’, y en el tercero, ‘presunción’ o ‘creencia’. Pero no ‘narrativa’ (del verbo latino ‘narrare’, ‘contar, referir, narrar’), porque ésta, como sustantivo, es el ‘género literario que incluye la novela, que puede ser corta, y el cuento’. Como adjetivo, califica el estilo de algún escritor, por ejemplo, el de Julio Verne o el de Gabriel García Márquez. 
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El verbo ‘disecar’ viene remotamente del verbo latino ‘secare’, -‘cortar, tajar, hacer pedazos’, y directamente de ‘dissecare’, que tiene el mismo significado. En castellano quiere decir “dividir en partes el cadáver de una animal, o de un vegetal, para el examen de su estructura o de un vicio que haya adquirido viviendo”. También, ‘preparar un animal muerto o una flor para conservarles su apariencia natural’ (‘taxidermia’). Y ‘disección’ es la ‘acción y el efecto de disecar’. De todo esto, el verbo ‘diseccionar’, que el corresponsal de la Voz del lector Rogelio Vallejo Obando utilizó en su misiva sobre la obra del escritor César Montoya Ocampo: “Es de esperar que los maestros de literatura (...) compartan con sus alumnos sus valiosas páginas. Las deben diseccionar” (LA PATRIA,  11/6/2024). A un lector le pareció inapropiado el empleo del verbo citado en ese contexto. Estuve de acuerdo, y pensé que debía ser reemplazado por ‘desmenuzar’, por ejemplo, cuya segunda acepción es ‘examinar algo detalladamente’. Sin embargo, consulté, y encontré que desde la vigésima primera edición de El Diccionario (1992) es entrada el verbo ‘diseccionar’ con esta definición: “Disecar, dividir en partes un vegetal o un cadáver para su examen. // 2. fig. Hacer la disección o análisis de algo”. Roma locuta, causa finita. 
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La locución pronominal ‘cada uno’ (‘cada cual’) es singular, por lo cual su verbo debe concordar con ella en número, en singular, sobra decirlo. La violación de esta norma gramatical es frecuente, como en la siguiente muestra: “Si cada uno asumimos un buen comportamiento a la hora de conducir, con seguridad solucionaremos un problema de ciudad” (LA PATRIA, editorial, 12/6/2024). Correctamente, “Si cada uno de nosotros asume...”, porque esa locución individualiza las partes de un todo. Si la intención no es la de individualizar, el término ‘todos’ viene como anillo al dedo. Y si se quiere enfatizar la individualización, se dice ‘todos y cada uno de nosotros’. 
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Leyenda de una de las obras de arte publicadas en una de las páginas de LA PATRIA: “Catalina Gómez anticipa que habrán obras que innoven en las formas de pintar, crear sobre lienzo” (Paisajes y naturaleza se instalan en el Museo de Arte de Caldas, 13/6/2024). Castizamente, “...que habrá obras que innoven...”, porque el verbo ‘haber’, cuando significa existencia, se conjuga exclusivamente en la tercera persona del singular: ‘hay elementos disociadores, hubo muchos asistentes, habrá lluvias torrenciales’, etc. Es tan elemental esta norma que, imagino, el error pudo ser de digitación.