‘Trayecto de dos horas y media’. Tuve engavetado este asunto unas cuantas semanas, porque la frase suena bien, y si suena bien... Pero, y sin necesidad de hilar muy delgadito, la frase no tiene lógica, ya que el término ‘trayecto’ tiene relación con el ‘espacio’ (‘lugar que ocupan las cosas materiales’), no con el ‘tiempo’ (‘medida de la sucesión de hechos’).
En efecto, ‘trayecto’ (según los diccionarios actuales*, del francés ‘trajet’, ‘ruta, camino, recorrido’, tomado seguramente del latín ‘trajectus-us’ -‘travesía, tránsito, pasaje’), es un “espacio que se recorre o puede recorrerse de un punto a otro”. Un pie de foto de LA PATRIA dice así: “135 carros (…) participaron en el desfile de autos clásicos (...), evento que tuvo un trayecto de dos hora y media...” (13/1/2025).
La redacción lógica podría ser ésta: “...un trayecto de equis kilómetros, que recorrieron en dos horas y media”.
*Nota: hasta la vigésima primera edición del diccionario de la Academia de la Lengua (1992), ¡casi doscientos años!, se daba como origen del sustantivo ‘trayecto’ el latino ‘trajectus-us’, como lo anoté antes.
En esa edición aparece el cambio por el francés. ¡Extraño, muy extraño! Y, para mí, sin lógica alguna, porque el italiano también lo tiene (‘traietto’), y los tres idiomas nacieron del latín.
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Me puso a pensar el escritor José Jaramillo Mejía cuando, de su artículo sobre el ex presidente de
Uruguay, leí lo siguiente: “Pepe Mujica, sin los alamares de una formación académica refinada...”
(LA PATRIA, 3/2/2025).
De entrada, pensé que quiso decir ‘sin los alardes’, pero, considerado el carácter humilde del personaje, no consideré apropiada la expresión. Tal vez, ¿‘sin los adornos’? Es posible. No sé.
De todas maneras, el sustantivo ‘alamar’ no me parece el más apropiado para expresar la idea del redactor, porque esa hermosa palabra árabe* es “presilla y botón, u ojal sobrepuesto, que se cose, por lo común, a la orilla del vestido o capa, y sirve para abotonarse, o meramente para gala y adorno o para ambas cosas”.
Por esto último, quizás, el escritor la utilizó en su escrito. Además, en árabe significa ‘adorno en la ropa’. ¿Tiene, entonces, razón don José? ¡Quién sabe!
*‘Alamar’ quiere decir también ‘cairel’ (‘peluca en forma de fleco’).
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‘La culpa no es de la vaca’, sino de la pronunciación. Hablo del empleo de la conjunción adversativa ‘sino’, que muchos pronuncian como si fuese un bisílabo agudo (‘sinó’), por la locución condicional negativa ‘si no’, como en la siguiente muestra: “Sino queremos pensar en nuestro futuro porque creemos que aún falta mucho para llegar a ser personas mayores...” (LA PATRIA, Julián Andrés García Cortés, 7/2/2025).
“Si no queremos...”, así, ‘si no’ queremos equivocarnos, pues en esa oración se expresa una condición para la realización o no realización de algo.
El mismo día y en el mismo diario, ¡qué casualidad!, el escritor y columnista José Miguel Alzate se tropezó con esa piedra cuando escribió: “La Feria de Manizales fue un certamen con buenos resultados. Díganlo sino el lleno que tuvieron...”. Lógicamente, “Díganlo, si no, el lleno...”, porque, además de lo antes expuesto, esa locución, en esta oración, es un inciso, por lo que debe ir entre comas.
También, ¡qué coincidencia!, el mismo día y en el mismo periódico, un redactor de la sección de deportes se tropezó con la misma piedra, pero por el lado opuesto, es decir, echó mano de la locución condicional negativa en lugar de la conjunción: “Colombia no solo es el líder del hexagonal final (...), si no que llegará al partido de esta tarde...”.
Según lo explicado arriba, lo correcto es “...sino que llegará...”. Elemental.