En un titular son más conspicuos los errores. La verdad de esto la demuestra el siguiente: “Francisco amplia el repertorio de la música andina con Maderoso” (LA PATRIA, 6/12/2022). Alude el titular, no al papa, sino a Francisco Javier Rivera. El verbo ‘ampliar’ es irregular y se conjuga según el modelo ‘desviar’. La irregularidad consiste en la disolución del diptongo ‘ia’ del infinitivo ‘ampliar’, en el que las dos letras se pronuncian con un solo golpe de voz (‘am-pliar’), mientras que en los presentes de indicativo y subjuntivo y en el imperativo se pronuncian separadas, lo que se indica con la tilde sobre la ‘i’: ‘amplío, amplías, amplía; ampliamos, ampliáis, amplían’ (presente de indicativo). ‘Amplíe, amplíes, amplíe; ampliemos, ampliéis, amplíen’ (presente de subjuntivo). ‘Amplía, amplíe, amplíen’ (imperativo). ‘Ampliar’ consta de dos sílabas (‘am-pliar’); ‘amplía’, de tres (‘am-plí-a’). Esta separación de las vocales del diptongo se llama ‘hiato’ (del latín ‘hiatus-us’ – ‘acción de abrir’. ‘abrimiento’). Finalmente, ‘amplia’ es el femenino del adjetivo ‘amplio’; y en las inflexiones ‘ampliáis’ y ‘ampliéis’ hay triptongos (tres letras, una sola sílaba). 
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‘Navidad’ –contracción de ‘natividad’, del sustantivo latino ‘nativitas-atis’ (‘nacimiento’)– es un nombre propio, que, como tal, debe escribirse siempre con mayúscula inicial. En su columna titulada “Iluminar el mundo”, el señor Sebastián Galvis Arcila la escribió muchas veces, siempre con minúscula inicial, como en la siguiente muestra: “Para celebrar una navidad enfocada en los valores cristianos…” (LA PATRIA, 9/12/2022). Con este nombre se conmemoran el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, su día y el tiempo inmediatamente anterior a éste hasta el 6 de enero, festividad de los Reyes Magos. La conmemoración del nacimiento de la Virgen María y de san Juan Bautista se denomina ‘natividad’, ésta sí con minúscula inicial, por ser nombre común. 
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El columnista de LA PATRIA Guido Echeverri confundió ‘impostura’ con ‘imposición’ en la siguiente afirmación: “Cuando los gobiernos nuevos incurren en este tipo de imposturas suelen defenderse de las críticas y preocupaciones justas de la opinión pública…” (10/12/2022). Los dos términos, ciertamente, tienen la misma raíz (el verbo latino ‘ponere’ – ‘poner’), pero sus significados son diferentes: ‘impostura’ (del latín ‘impostura-æ’ - ‘engaño’) quiere decir “imputación falsa y maliciosa, fingimiento o engaño con apariencia de verdad”, e ‘imposición’ (del latín ‘impositio-onis’ - ‘acción de imponer’) significa, además de la acción y el efecto de imponer, la “exigencia desmedida con que se trata de obligar a alguien”, que es la idea que quiso expresar el columnista. 
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En el mismo artículo, su autor escribió: “El episodio no dejaría de ser simplemente eso si no hubiera estado antecedido por hechos que parecieran ser una línea de conducta definida exprofeso claramente por el Gobierno”. Correctamente, ‘ex profeso’ (intencionalmente’), locución adverbial tomada del latín ‘ex professo’ (‘de propósito’). Se escribe en dos palabras, porque ‘ex’, en este caso, no es prefijo, sino preposición, que equivale a ‘de’. Son muchas las locuciones adverbiales latinas compuestas de preposición y sustantivo, usadas en castellano, como ‘ab initio’ (‘desde el comienzo, ‘desde hace mucho tiempo’), ‘ab ovo’ (en la narración, ‘desde el origen del hecho relatado’), ‘ex libris’ (‘de entre los libros’, ‘etiqueta que se pone en la contratapa de los libros con el nombre del dueño o de la biblioteca a que pertenece’), ‘ex abrupto’ (‘de repente, de improviso’), etc. 
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El escritor y columnista José Jaramillo Mejía le atribuyó a Miguel de Unamuno la frase: “Lo que Natura no da, Salamanca no enseña” (12/12/2022). Es el proverbio latino ‘Quod natura non dat, Salamanca non præstat’, que bien traducido es ‘Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo otorga’, y que interpreto de la siguiente manera: los que somos brutos por naturaleza, por más que traten de enseñarnos lumbreras del magisterio, nada aprendemos. Ahora bien, aunque Unamuno fue rector de esa Universidad, el proverbio no es suyo. Se encuentra en una inscripción de la Universidad, fundada en 1218 por el rey Alfonso IX de León (1171-1230). Un centro de enseñanza de ocho largos siglos de historia. De tarde en tarde cabecea el buen Homero.