Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

 

Se puede empezar esta columna con la siguiente pregunta: ¿de qué se asombra usted hoy en día?. Con tantos adelantos científicos y cada vez con menos esfuerzos para generar aprendizajes y reflexiones, hay personas a las que nada les asombra.

Mientras tanto, hay quienes hacen todo lo que esté a su alcance para deslumbrar: poses, frases vacías, múltiples tonterías, que otros siguen con avidez, horas y más horas, pegados a las pantallas, pendientes de escenarios faranduleros; espectáculos -mediante los cuales- se busca deslumbrar y ganar un rápido like, momentos fugaces de fama sin ningún contenido importante.

Y mientras tanto, en la vida de cada ser humano, ocurren en cada momento milagros maravillosos que se viven a través de los sentidos, habrá quien se asombre con ellos y además agradezca sus posibilidades y potencialidades.

A propósito de este asunto, transcribo esta historia que encontré, en un recorte de periódico sin fecha y sin autor, guardada en un viejo libro. Se llama Las Siete Maravillas:

"Un día, un profesor que le había enseñado a sus alumnos Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, les pidió que escribieran una lista de lo que deberían ser las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Los estudiantes se afanaron en buscar las obras más impresionantes de los últimos tiempos, desde el Canal de Panamá hasta el Empire State.

Luego, el profesor las fue escribiendo en la pizarra para someterlas a votación y elegir las más extraordinarias. Sin embargo, se dio cuenta de que una alumna permanecía callada y aún no compartía sus elecciones, entonces el profesor se acercó a ella y le preguntó si tenía algún problema para decidirse. Al ver que ya tenía su lista escrita, le pidió que la leyera en voz alta.

La chica comenzó a leer: Creo que las siete maravillas del mundo son poder tocar, poder saborear, poder ver, poder escuchar. Titubeando un poco, continuó poder sentir, poder reír y…poder amar".

Si pueden disfrutar de estas siete maravillas juntas, son seres privilegiados y si además logran compartir con los seres queridos algunas de ellas, de manera especial, se aumenta el privilegio. El mundo interno y el externo del ser humano, se conocen a través de los sentidos, si no fuera por ellos no sería posible disfrutar tantos momentos de la vida.

Dice Diane Ackerman, en el libro Una historia natural de los sentidos, "el mundo es un manjar sabroso para los sentidos". Es a través de ellos que el ser humano teje aprendizajes, hace preguntas, se cuida, se pone en actitud de alerta, se conecta con otros o consigo mismo.

Afirma también Ackerman en otro aparte: "Los sentidos no se limitan a darle sentido a la vida mediante actos sutiles o violentos de claridad; desgarran la realidad en tajadas vibrantes y las reacomodan en un nuevo complejo significativo".

- ¿Qué piensa usted de estas siete maravillas del mundo?

- ¿Ha expresado gratitud por poseerlas?

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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