Comenzó el año 2025. Todos tenemos incertidumbre sobre lo que va a pasar en este país, pero estamos listos para enfrentar el reto. Para hacerlo, hablaremos de personas que hacen la diferencia, ya sea por su acción social, por lo que hacen en el día a día, por sus aportes a la cultura y a la visión clara que tienen de un país mejor y viable si se entrega lo que se sabe o puede hacer al servicio de la gente.
La persona de la que hoy escribo tiene la característica de ser poco amigo del elogio, gustándole pasar desapercibido en un medio en el que el culto a la personalidad se ha vuelto pan de cada día en personas que muchas veces no tienen valores sociales importantes. Este personaje hace su trabajo con pasión, sin esperar reconocimientos distintos a los de saber, que en su cotidianidad hace una magnífica obra diaria, la hace bien y la hace bellamente.
Hablo de Fernando Alonso Ramírez, periodista de La Patria, donde comenzó bajo la tutela de Orlando Sierra Hernández, hace ya muchos años, a finales de la década del 90. Fue testigo excepcional de la labor del periodista asesinado, de quien fue fiel seguidor, con el que desarrolló habilidades especiales para escribir lo que ha hecho desde entonces, llegando a niveles muy altos en su profesión.
Como bien lo dejaron plasmado en el CdR, Consejo de Redacción, cuando dijeron que era “un buen editor, que escondía un mejor ser humano”. El día 26 de septiembre de 2017, cuando recibió el reconocimiento Clemente Manuel Zabala a un editor colombiano ejemplar, otorgado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.
A Fernando lo conocí cuando los artículos que escribíamos los llevábamos personalmente, porque eran escritos a máquina o con la ayuda del computador que en aquella época era un sofisticado medio de escritura, sin los alcances que tienen hoy esos con los que se domina el mundo de la información.
Comentó sobre él mismo: “Fui un periodista deportivo en la universidad (Inpahu), que terminé la carrera con ínfulas de periodista cultural, que empecé en el oficio como periodista judicial y que hoy me creo periodista de investigación, pero trabajo como editor. Mi común denominador es ser periodista”, escribió el pasado 18 de agosto, cuando celebró 25 años de carrera periodística, en el texto titulado 25 lecciones en 25 años”.
Una de sus más notables características es que diferencia entre la noticia verdadera de la información que elaboran para compensar el pago muchos de los que escriben en los medios de comunicación, convertidos muchos de ellos en verdaderas pocilgas, en donde se elaboran editoriales y columnas de opinión que son una vergüenza, sofisticadamente mentirosas y creadoras de esta desinformación que tenemos en el mundo.
Fernando Alonso ha logrado con su trabajo como editor en el periódico trazar una hoja de ruta clara y precisa, llena de ética, incomparable, sin precio. Por esos valores especiales, por su actitud de vida, que quiere tener sin que sea notoria, este amigo merece todo el reconocimiento y el aplauso de la gente, con la seguridad de hacerlo con alguien que sin duda lo merece.