Hoy vamos a hablar de un personaje de altísima importancia académica en Manizales, a la que agrega su honorabilidad incuestionable y su larga trayectoria en el mundo de las letras.

Escribo de un hombre que nació en Manizales y que ha dedicado buena parte de su vida a enseñar y compartir conocimientos, con lo que fue su actividad docente en la Universidad Nacional, de la que fue vicerrector. El dr. Carlos-Enrique Ruiz, un escritor de pluma magnífica y de muchísimas obras que son conocidas por los que entienden que la cultura no ocupa espacio, que el compartirla es una dádiva generosa para los que han tenido la oportunidad de conocerlo y leerlo.

Nacido hace 82 años, es ingeniero y escritor de amplia trayectoria, tiene en su haber el más amplio dominio de lo que en realidad vale para el intelecto, que no otra cosa que el saberlo expresar, sumado a su magnífica forma de redactarlo, en sus muchos libros, por los que es bien conocido.

Fue el fundador de la revista Aleph, publicada trimestralmente, dedicada al arte y a la crítica literaria y la poesía, conocida más allá de nuestras fronteras. Fundó además la revista Boletín de vías y Vías, transportes y geotecnia con las que enseñó y difundió sus conocimientos en ingeniería.

Ha sido miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. A él se le debe la idea y gestión del Campus La Nubia de la U. Nacional en Manizales. Es un experto en humanidades, reconocido y premiado muchas veces por su legado académico y literario. Dio origen al Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, en la Universidad de Caldas, y a la Biblioteca Carlos-Enrique Ruiz, en la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales. Sus artículos en La Patria y sus obras académicas y literarias dejan plasmada la integridad y transparencia de un ser humano culto, preparado, honesto, con la humildad de los seres superiores, que no tiene limitaciones para expandir y compartir su pensamiento y su conocimiento.

La recopilación de sus obras es amplia, está al alcancé de quien quiera leerlas, porque aprender de un ser superior en lo académico y lo literario es un deleite mental. Son muchas. Parte de lo escrito por él en el área académica es: Guía de clase para un curso de pavimentos. Ingeniería de carreteras. Educación y humanismo en la vida universitaria. En lo literario y poético están entre otras: Código para compartir un sueño. Decires. Imaginería de caminos. Sesgo de claveles. Nociones del Vigía. Las lluvias del verano. Tregua al amanecer. Cien años de soledad en el espejismo de la nostalgia. Reportajes de Aleph. Los signos de la espera. Matilde Espinosa en la contienda de vida y poesía. El velo de la ensoñación. El clamor de la clepsidra. Meditación acerca del Desasosiego de Pessoa. La redondez del alba. Media hora de lluvia en el jardín. Los caminos recrudecen la espera. De los Presocráticos a Pessoa. La noche, sedimento de la memoria. Umbral de sueños. Bocetos en mengua del viento.

Un hombre como el dr.Carlos-Enrique, como bien lo expresó un día Fabio R. Amaya (Università degli Studi di Bergamo): “... sigo deslumbrado por tu sabiduría y ese brío de tu palabra que enardece corazones”, merece la más profunda admiración y el aplauso de todos aquellos que creemos en la posibilidad de un mundo mejor.