Para el humano que practica un amor compasivo y comprensivo, el perdón se hace innecesario.
Hay seres bondadosos así en la Tierra a los que nadie puede ofender. Comprenden y basta. Cuando de verdad te pones en el lugar del ofensor, te metes en su piel y, ojalá, rastreas su pasado, entonces comprendes que falla condicionado por:
1. Estados de desamor.
2. Estados de inconsciencia.
3. Estados de ignorancia.
4. Una nula o pobre información.
Por eso afirmó un sabio Maestro. “No juzgues a tu hermano porque no conoces su pasado y no conoces tu futuro”.
Lo más plausible es que al juzgar hagas después lo mismo para que cambies un corazón de piedra por un corazón de carne.
Comprende que Dios es bondad absoluta y no necesita perdonar. Tú tampoco si amas de modo incondicional.
Acaso te suena extraño, pero el perdón es innecesario donde brillan la compasión, la comprensión y la misericordia.
@gonzalogallog