La palabra “discípulo” viene del griego, y significa “el que se dedica a aprender”.
De discípulo proviene el término disciplina, que es clave para poder lograr algo con mucha práctica.
Es muy interesante ver que ambas palabras están asociadas a un valor llamado dedicación.
Es decir entregarse a lograr algo con pasión, un firme compromiso y mucha perseverancia.
Nada importante o valioso se conquista sin disciplina, sin entrenar con ánimo y orden.
Un buen deportista respeta unas reglas, se cuida, y para nada lleva una vida desordenada.
Mira la palabra “des-orden-nada”. “Des” es lo mismo que “sin”: des-ánimo: sin-animo.
O sea que “sin-orden- nada”. Nada fluye, nada funciona bien. ¡Ámate y practica con disciplina!
@gonzalogallog