Tuvieron que pasar cien años para que las ideas de grandes visionarios como Gustavo Robledo Isaza se convirtieran en proyectos tangibles.
Tuvieron que pasar cien años para que el Aeropuerto del Café apenas esté mostrando una luz de esperanza a los ojos de los caldenses, con avances concretos que indican que el proyecto “ahora sí se va a construir”.
Tuvieron que pasar cien años para que proyectos como el Puerto de Tribugá se hayan contemplado como una obra estratégica para la Nación.
Tuvieron que pasar cien años de vida de este brillante visionario, quien defendía la “caldensidad”, para que apenas nos estemos dando cuenta de la importancia estratégica de obras que ya se materializaron en el departamento.
Sin embargo, existe un gran compendio que recopila otras propuestas mencionadas por este líder de ciudad y que quizás sea momento de desempolvar. No obstante, no puedo dejar de mencionar que es una lástima que estos actos de reconocimiento y atención por la vida y obra de personas destacadas, solo sucedan en el momento de su fallecimiento.
Entre las propuestas del gran Gustavo Robledo Isaza que se quedaron en el tintero, se encuentran: la carretera al Pacífico, con la intención de acercar a Caldas a este océano en el occidente colombiano, que aumentaría nuestra competitividad logística y nuestra conexión con los mercados asiáticos. Conexión que consideramos importante desde Caldas, pues hoy el 40% de nuestras exportaciones salen por el puerto de Buenaventura, dada su cercanía y conveniencia.
Entre otras de las ideas de Robledo, se encuentra la carretera Manizales-Bogotá, saliendo desde Neira, con una travesía menor por la parte más agreste de la cordillera, lo que repercutiría positivamente en menos tiempo de tránsito y un menor gasto en obras de infraestructura.
Además de los proyectos de infraestructura, Gustavo Robledo también defendió la idea de aprovechar los recursos naturales para la generación de energías renovables, idea de la que apenas hace unos pocos años se viene hablando con fuerza en el mundo.
En este sentido, fue uno de los pioneros en proponer el aprovechamiento geotérmico de las aguas termales en el Parque Nacional Natural los Nevados, lo que hoy se considera como una importante fuente de energía limpia y una oportunidad para fortalecer el turismo en la región.
En definitiva, Gustavo Robledo Isaza deja un legado eterno como un pensador adelantado a su tiempo.
Un hombre que le dedicó un siglo a transformar Manizales y Caldas y que hoy nos deja una lección importante de cómo se deben pensar los territorios, priorizando el crecimiento y la competitividad.
El compendio de proyectos completo lo tiene hoy la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales, entidad a la que le compete revisar estas grandes ideas, haciendo que no tengan que volver a pasar cien años para que grandes obras se realicen en nuestro departamento.

Irene Mejía Robledo